La Vanguardia

Ay, Dolors

- Jordi Amat

El viernes subimos a Vic para escuchar a los Manel. Y ya van cuatro de la gira de Jo

competeixo. La última vez que cantaron en Vic, alguien del público se desmayó. Pararon, se encendiero­n las luces y no volvieron a tocar hasta que el buen hombre se repuso. Lo recordaba Milena Busquets en un artículo precioso publicado el jueves en El Periódico. La otra noche Guillem Gisbert, el cantante, lo explicó tras tocar BBVA. Con gracia, como si fuera un chiste preventivo, advirtió que aquella noche, para evitar sustos, intentaría­n no ser tan excitantes. Y no deja de ser cierto que la audiencia del Atlàntida estuvo seria y contenida. Pero yo, que soy más bien desnatado y sentimenta­l, empecé a notar un cosquilleo alarmante cuando dedicaron una canción a Raimon –el Mestre–, que hacía pocas horas había anunciado que dejaba los escenarios. Y luego, cuando el guitarra Roger Padilla, impertérri­to, tomó el relevo de Gisbert, sí, perdí el sentido. La culpa fue de la nueva letra de

Ay, Dolors, improvisad­a tras el discurso de toma de posesión de la ministra de Sanidad. Diría que sonó algo así o yo me lo imaginé así. “Ay, Dolors, Dolors Montserrat, hoy que mandas más, hoy ministra en Sanidad. Ay, Dolors, lo has logrado, de la mano de tu mamá, tras pelotear sin parar. Y Dolors, tú que dices ser el puro acento catalán, y Dolors, dices Sansa la tierra, pero, olé, España tu país de verdad. Hoy, Dolors, gritarás que somos una gran nación, mientras el Estado mináis, pero a patriotas no os gana ni Dios. Hoy, Dolors, orgullo hispano sin rubor, libres e iguales, sí, pero aquí siempre algo peor. Va, Dolors, sensatez por doquier, nada de complejos, patriotism­o y adiós. Undos-tres, un-dos-tres tribunales, suma otra querella, y vuelve a empezar. Y Dolors, nadie esperará un gesto sensato ni algo de verdad, ni Dolors, traspaso de soberanía ni hoy ni jamás. Hoy, Dolors, harás lo que te mandarán, la doctrina tan popular, pseudodere­chos y la igualdad. Hoy, Dolors, dirás, juas juas, modernidad, pero tu partido, lo sabes ya, en la corrupción navegará. Un partido gris y del ayer, un Gobierno gris otra vez, elegida para contrapesa­r, Dolors, Dolors, una lata imposible que pueda acabar”.

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