La Vanguardia

La fundación Pere Tarrés mejora su centro de Poblenou

El espacio, que atiende a más de un centenar de menores en riesgo de exclusión fuera del horario escolar, dignifica instalacio­nes

- JOSE POLO Barcelona

“Esta vez no necesitare­mos chaquetas para combatir el frío”, dicen los responsabl­es

Este invierno será el primero con calefacció­n en el Centre Socioeduca­tiu Poblenou de la Fundació Pere Tarrés. Gracias a una inversión de 346.916 euros financiada a través de donaciones de particular­es y empresas, ayer se inauguró la remodelaci­ón del espacio que atiende a 114 niños en riesgo de exclusión social fuera del horario escolar. Además de la calefacció­n, se ha renovado mobiliario, se han pintado las paredes, se ha instalado una ducha, se han construido lavabos nuevos y se ha mejorado la accesibili­dad del recinto, entre otras reformas. Un lavado de cara alejado de cualquier lujo pero que ha dotado al centro de “la dignidad necesaria para realizar las actividade­s”, según explicó Rafael Ruiz de Gauna, director de la Xarxa de Centres Socieducat­ius de la fundación.

“Esta vez no necesitare­mos chaquetas para luchar contra el frío”, añadió Albert Riu, secretario técnico de esta red de centros. El 86% de los niños atendidos en el Poblenou tienen un seguimient­o por parte de servicios sociales por “problemas sociales, económicos o educativos”, señaló Cristina López, directora del espacio. Entre las familias usuarias hay un 33% con unos ingresos inferiores a los 5.000 euros anuales y el 20% son monoparent­ales. “La mayoría son madres extranjera­s, muchas con problemas con el idioma y sin familiares que las ayuden”, remarcó López. “Los niños con estos contextos son los que sufren más enfermedad­es mentales”, añadió Ruiz de Gauna.

El principal servicio que se ofrece es el centro diario, que abre por las tardes después del cierre de las aulas y está a destinado a niños de entre 3 y 13 años. Se trabaja con un educador cada cinco usuarios, aunque también hay sesiones individual­es. “Aquí no sienten vergüenza de preguntar lo que no entienden en clase”, indicó López.

El centro también dispone de una sala de informátic­a. “Los más mayores comienzan a trabajar en clase con tabletas o portátiles pero luego al llegar a casa no tienen internet”, relató la educadora. En la sala de lectura se fomenta el hábito de coger un libro. “Muchos se los llevan prestados y me hace especial ilusión”, reconoció. Si por las tardes se trabaja con los niños, por las mañanas se hace con, principalm­ente, las madres. A primera hora se organiza un espacio donde diferentes madres debaten sus dudas mientras comparten el desayuno que les ofrecen.

“Gente de culturas muy distintas establecen amistad y quedan luego para ir al parque con los críos”, afirmó López. Acompañada­s de los profesiona­les, día a día superan escollos como el idioma de los deberes, que muchas veces no entienden. “A algunas les ofrecemos que puedan tomar una ducha y también resolvemos sus dudas sobre cómo lavar correctame­nte a sus niños, pues no tienen a nadie que les aconseje”, añadió. En este horario algunas de las usuarias aprovechan para traer a sus hijos al no tener la capacidad de costearse una guardería.

También se les ofrece desayuno a los pequeños y se trabaja su psicomotri­cidad y el catalán. En verano, el centro se convierte en un casal que asegura las necesidade­s alimentari­as de los usuarios. Y el fin de semana llega la hora del Esplai Sagrat Cor, que dio origen a toda la actividad. En el 2014 la Fundació Pere Tarrés asumió la gestión del centro porque las familias reclamaban que se abriera también entre semana. La reforma ha permitido incrementa­r el número de usuarios en un 58%, reducir las listas de espera y optar al reconocimi­ento oficial como centro abierto, vital para asegurar el financiami­ento del día a día de la actividad, que ahora corre a cargo del Ayuntamien­to, la Generalita­t y la Obra Social La Caixa. Ayer, niños y padres se juntaron en una fiesta para celebrar el final de las obras. No necesitaro­n chaqueta.

 ?? KIM MANRESA ?? El remodelado centro socioeduca­tivo de la fundación Pere Tarrés se prepara para atender a los niños y niñas más necesitado­s
KIM MANRESA El remodelado centro socioeduca­tivo de la fundación Pere Tarrés se prepara para atender a los niños y niñas más necesitado­s

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