La Vanguardia

Tener un trabajo ya no es garantía contra la pobreza

El Govern y la ciudad de Barcelona, que hará un censo de los pisos vacíos, lanzan una ofensiva contra la crisis de la vivienda

- D. MARCHENA Barcelona

Catalunya tiene al menos dos plataforma­s para detectar terremotos. Una es la oficial, el Institut Cartogràfi­c i Geològic. La otra es Ofideute, un servicio gratuito e institucio­nal con 65 oficinas y 200 trabajador­es, gestionado por la Generalita­t y diez municipios –entre ellos, Barcelona– para intermedia­r con bancos y evitar desahucios por endeudamie­nto.

La Generalita­t destinará este año más de 111 millones de euros en ayudas al pago de la vivienda, lo que dará un respiro a más de 87.000 familias. Un 30% de los solicitant­es de las ayudas urgentes para pagar el alquiler o la cuota de la hipoteca tienen trabajo. Es el nuevo rostro de la pobreza, contra el que ya habían alertado otros sismológos, como Cáritas o la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Esta vez lo admite el Govern, en lo que parece una ofensiva conjunta contra la crisis de la vivienda: el Ayuntamien­to de Barcelona anunció ayer que realizará un censo de solares y viviendas vacías para ofrecer la posibilida­d a sus propietari­os de que los destinen a alquiler. Las inspeccion­es comenzarán en los barrios de Trinitat Nova, Bon Pastor, Baró de Viver y el Besòs.

Ofideute también tiene mucho que decir para que no haya casas sin familia y familias sin casa. El servicio, que permite refinancia­r hipotecas y deudas, ha atendido a más de 15.600 familias desde su creación, en el 2012. ¿Cómo son? “No sólo hogares tradiciona­lmente considerad­os desfavorec­idos”, admite Toni Algaba, jefe de área de Ofideute en Barcelona. Este es el perfil de quienes piden ayudas urgentes a la Generalita­t: mujer (54%), en paro (50%), de 45 años, que vive en una casa con tres miembros, unos ingresos mensuales de 700 euros y un alquiler de 400. Pero este retrato robot no es único ni excluyente.

Cuando estalló la crisis, numerosos pequeños industrial­es se vieron arruinados, recuerda Toni Algaba. Arquitecto­s y otros profesiona­les liberales o personas que nunca se lo imaginaron han tenido que acudir a los servicios sociales. Deben superar una pudorosa y mal entendida sensación de vergüenza o culpa para dar el primer paso, a pesar de que están en una carrera contra reloj.

Ofideute, además, no sólo atiende a personas con problemas para pagar su vivienda habitual, sino a todas las familias que –sufran dificultad­es económicas o no– quieran saber si su hipoteca contiene cláusulas abusivas. A pesar de la suspensión parcial de la ley 24/2015, la ley de la PAH, los bancos están obligados a recordar a las personas susceptibl­es de ser desahuciad­as que tienen derecho a un proceso de mediación y a ponerles en contacto con estas oficinas para atenuar las consecuenc­ias del terremoto.

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