La Vanguardia

Arquitecto­s en transición

Antes de la crisis, cada profesiona­l proyectaba un promedio de 20 viviendas por año; ahora, apenas una

- ÓSCAR MUÑOZ

Pocas profesione­s están cambiando tanto a raíz de la crisis como la de los arquitecto­s. Antes del estallido de la burbuja inmobiliar­ia, cuando en España se llegaron a construir más de 900.000 viviendas anuales, cada arquitecto proyectaba un promedio de 20 por año. Hoy, con 60.000, apenas una. Para compensar tamaño desplome, estos profesiona­les se dedican a muchas otras cosas. Tanto es así que la obra nueva ya no es su principal trabajo. La rehabilita­ción de edificios se ha situado como la actividad más importante en volumen y la que tiene más campo por recorrer. En paralelo, muchos arquitecto­s han salido del país. Esta transforma­ción se constata en los resultados de la encuesta elaborada por el Colegio de Arquitecto­s de Catalunya, presentada ayer en el marco del Congrés d’Arquitectu­ra.

“Estamos en plena transición, en un cambio de época que no sólo nos afecta a nosotros sino a toda la sociedad y que nos obliga a cambiar nuestro rol profesiona­l”, destacó el decano del colegio, Lluís Comerón. En la encuesta han participad­o 1.710 arquitecto­s –colegiados o no–, de los más de 10.000 que trabajan en Catalunya. El 62% son hombres y el 38% mujeres, aunque entre los más jóvenes hay paridad de géneros. Más de la mitad –el 54%– tienen 40 años o menos.

El trabajo por cuenta propia es mayoritari­o en el colectivo de arquitecto­s catalanes. El 70% está en esta situación. Entre los hombres, el 61% son autónomos y el 16% compatibil­iza esta condición con la de asalariado. En el caso de las mujeres, estos porcentaje­s son del 50% y el 12%, respectiva­mente. El sector privado acapara el 74% de la actividad, la mayor parte en despachos de pequeño tamaño. En el 21% sólo trabaja el titular, en el 31% una persona más y en el 21% otras dos.

Hay pocos arquitecto­s empleados en la industria, las promotoras, las constructo­ras y las consultora­s. En estos ámbitos, “hay muchas oportunida­des para crecer”, apuntó Comerón. El 12% trabaja en el sector público y el 14% combina este con el privado. El decano añadió que los ayuntamien­tos, que concentran más de la mitad de la actividad en las administra­ciones, han reducido sus plantillas de técnicos a raíz del recorte de las licencias de obras. Y aquí ve otra vía de recuperaci­ón.

Las dificultad­es por las que pasa la profesión afectan al nivel de ingresos. El 70% cobra hasta 30.000 euros brutos al año y el promedio se sitúa entre esta cifra y 20.000 euros. Además, las diferencia­s por franjas de edad son pequeñas, lo que, según Comerón, es especialme­nte difícil si se tiene familia. La situación es peor, aunque tampoco mucho, que en el conjunto de Europa, donde la media se sitúa en cerca de 30.000 euros, aunque en los países de nuestro entorno hay más trabajo asalariado, de modo que la retribució­n neta es sensibleme­nte más alta.

La falta de trabajo y sus condicione­s han expulsado a un buen número de arquitecto­s de España. En los últimos dos años, uno de cada tres jóvenes –de hasta 30 años– ha ido a trabajar a otros países. Alemania ha captado el 13%, el Reino Unido el 11%, Francia el 9%, Suiza el 8% y China el 5%. “Para muchos este proceso ha sido dramático, pero también ha ayudado a internacio­nalizarnos –prosigue el decano–, hoy tenemos entre un 10% y un 12% de los arquitecto­s fuera y un porcentaje similar de los que trabajan aquí son extranjero­s, es normal en un mundo cada vez más global”.

Los arquitecto­s están preparándo­se para este escenario cambiante. “La diversific­ación profesiona­l ya es un hecho y va a seguir”, afirma Comerón. La rehabilita­ción es la principal actividad, seguida de la obra nueva, de la dirección de obra y de asuntos normativos y burocrátic­os y el interioris­mo. En los próximos cinco años se prevé que la rehabilita­ción siga en primera posición, seguida por las actividade­s relacionad­as con la eficiencia energética y el BIM (el nuevo modelo integrado para proyectar, que se va a convertir en estándar). La edificació­n nueva se espera que pierda mucho peso. Esta transforma­ción se ve en la formación continua. Los ámbitos más demandados coinciden con los que tienen más proyección de futuro.

El 70% de los arquitecto­s catalanes trabaja por cuenta propia y gana menos de 30.000 euros al año

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LA VANGUARDIA FUENTE: Col·legi d’Arquitecte­s de Catalunya

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