LOS ‘MAKERS’ Y LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL 4.0
La difusión del conocimiento a través de internet, el abaratamiento de la electrónica y la informática, junto con la aparición de las impresoras 3D –que cada vez trabajan con materiales más diversos–, han abierto la puerta a una edad de oro de los artesanos del siglo XXI, etiquetados por los anglosajones con el descriptivo nombre de makers.
Con las herramientas habituales en los fablabs, los makers fabrican desde sistemas para la internet de las cosas (IoT) hasta pequeños robots, pasando por joyas, muebles, recambios domésticos... Utilizan internet como medio para intercambiar información. Y, donde no llega la capacidad de alguien en particular, llega la comunidad conectada. Se pasa del “hazlo tú mismo” al “hagámoslo entre todos”, que es un lema de este movimiento global. Es un escenario que va más allá del
hobby o el bricolaje. Del mundo maker
surgen proyectos empresariales y todos estos cambios están llegando ya a las empresas y avisan de un nuevo planteamiento industrial de grandes repercusiones. Solamente hay que ver la importancia que países como Alemania y los EE. UU. están dando al nuevo modelo que trae la industria 4.0.
Visionarios como Jeremy Rifkin, en el libro La Sociedad del coste marginal
cero, y Chris Anderson, en Makers: la
nueva revolución industrial, hablan de una nueva industria local, descentralizada y participativa, con fábricas en todas partes, capaces de producir productos muy diversos. Los costes ya no dependerán de la producción en masa, porque el precio por unidad será prácticamente el mismo, se fabrique un producto o miles. Y se optimizarán recursos, porque se fabricará a la carta y no habrá que mover los productos miles de kilómetros entre la fábrica y el comprador final