Memoria del Bataclan
Oussama Atar, un belga de 32 años, organizó al parecer los comandos en Siria
Francia se apresta a conmemorar, el domingo, el primer aniversario de una de las mayores tragedias sufridas en su capital en más de medio siglo: la ola de atentados yihadistas perpetrados en París la noche del 13 de noviembre.
Francia se apresta a conmemorar, el domingo, el primer aniversario de una de las mayores tragedias sufridas en su capital en más de medio siglo: la ola de atentados yihadistas perpetrados en París la noche del 13 de noviembre del 2015. En los alrededores de tan sombría ocasión se han vuelto a conocer filtraciones del sumario y la investigación policial, un volumen de miles de folios que aún encierra muchas preguntas sin respuesta. Entre ellas, la de quién fue
el cerebro que dirigió desde Siria aquella operación.
El nombre de quien estaba al mando de aquello, el máximo responsable, aún se desconoce, sin embargo de la lectura parcial del mamotreto policial-judicial a la que han tenido acceso varios medios de comunicación franceses se desprende un nuevo nombre: Oussama Atar.
No fue el cerebro, pero sí por los menos uno de los coordinadores, o el coordinador, que estaba en contacto con los comandos que actuaron aquel viernes negro en París y también el 22 de marzo en Bruselas, y causaron 130 muertes y 400 heridos en el primer caso, y 35 muertes y 340 heridos en el segundo.
La investigación sospecha que Oussama Atar, cuyo nombre de guerra era Abou Ahmad, coordinó desde Siria los dos atentados, reclutó personalmente a los dos suicidas iraquís que accionaron sus cinturones explosivos la tarde del 13 de noviembre en el Stade de France, primer acto de la sangrienta jornada parisina, y que conocía los planes de los atentados de Bruselas del 22 de marzo.
Según los informes ofrecidos ayer y hoy por los diarios Le Figaro y Le Monde, Atar parece haber estado situado, como supervisor desde Siria, por encima del francés Abdelhamid Abaaoud, coordinador in situ de los comandos de París, muerto el 18 de noviembre en el asalto policial a un piso de Saint-Denis, en los alrededores de París, que fue acribillado a tiros hasta su práctica demolición.
Atar, de 32 años y nacido en Bélgica, es un personaje conocido por la policía que en el 2005 fue condenado a diez años de cárcel en Iraq cuando intentó introducir en el país un alijo de armas camuflado como medicamentos. Allí pasó por las siniestras cárceles gestionadas por los americanos, Abu Graib, Camp Cropper y Camp Bucca, donde se fraguó el Estado Islámico. En Camp Bucca, Atar habría coincidido con el actual califa del Estado Islámico, el autoproclamado califa, Abu Bakr al Bagdadi.
Tras los atentados de París, Atar mantuvo el contacto con sus reclutas. Podría haber habido un plan de actuar contra la Eurocopa de fútbol, disputada en Francia en junio y julio pasados, pero el atosigamiento policial empujó al grupo a actuar precipitadamente en Bruselas antes de una previsible caída.
Según Le Figaro, los americanos consideran que el francés más destacado del Estado Islámico no es Atar, sino Abdelilah Himich, nacido en Rabat en 1989 y que fue condecorado por Francia tras servir seis meses en la Legión Extranjera en Afganistán, antes de marchar a Siria en el 2014.
El veterano yihadista conoció en la cárcel de Camp Bucca (Iraq) al califa del Estado Islámico, Al Bagdadi