Ciutadans, PP y la CUP certifican el rechazo a los presupuestos del 2017
Las escasas probabilidades de que el gobierno municipal de Barcelona formado por BComú y PSC encuentre los mínimos apoyos necesarios para aprobar el proyecto de presupuestos del Ayuntamiento para el 2017 se desvanecen apenas 24 horas después de que el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, y el segundo, el socialista Jaume Collboni, presentaran a la oposición un primer –y muy sucinto– borrador de las cuentas para el año que viene. Hasta tres grupos municipales dieron ayer prácticamente por sentado que no apoyarán la iniciativa del gobierno de Ada Colau. Dos ya se daban por descontados, Ciutadans y PP. El tercero, la CUP, era uno de los que entraban en la lista de posibles aliados.
La presidenta del grupo de Ciutadans, Carina Mejías, calificó de “malas” las perspectivas de que la formación naranja apoye los presupuestos presentados el lunes. Dijo que para cambiar de criterio también tendrían que cambiar mucho los objetivos presupuestarios. En cualquier caso, Mejías aseguró que su grupo no está dispuesto a participar en “una subasta partidista a ver quién incorpora sus objetivos para sacar rendimiento partidista”.
El presidente del grupo popular, Alberto Fernández, tras reunirse con los representantes del gobierno, ya advirtió que no entrara en una negociación con BComú y PSC, que por su parte tampoco quieren saber nada de los populares más allá del formalismo de haberles informado del proyecto presupuestario. “Nuestro modelo está en las antípodas del que representa Ada Colau”, sentenció el dirigente del PP, que se mostró especialmente crítico con el papel, del PSC. Según Alberto Fernández, en la presentación junto a Pisarello, “había más foto de Collboni que un presupuesto para Barcelona”.
Los periódicos guiños del gobierno Colau a la CUP tampoco han surtido efecto. La formación antisistema descartó ayer negociar los presupuestos del 2017 a menos que el gobierno acepte una condición sine qua non, que termine la “represión policial” contra los manteros. La edil de la CUP María José Lecha aseguró haber salido de la reunión mantenida con el gobierno muy decepcionada, ya que no le ve dispuesto a cambiar su “política represiva”. Así las cosas, la aprobación del presupuesto municipal para el 2017 parece encaminarse a pasos agigantados hacia la presentación de una cuestión de confianza por parte de Ada Colau.
Mientras tanto, los convergentes Xavier Trias y Joaquim Forn y los republicanos Alfred Bosch y Jordi Coronas mantuvieron ayer una reunión de una hora y cuarto a fin de plantear una posible alternativa de gobierno. Los convergentes apuntaron la necesidad de superar la situación de parálisis que padece la ciudad a causa de la incapacidad del equipo de Colau, a pesar de encontrarse en minoría, de dialogar y de llegar a acuerdos con el resto de grupos. Los republicanos subrayaron la necesidad de superar el clima de crispación actual. Ambas formaciones se emplazaron a continuar hablando.
CiU y ERC se reúnen para estudiar posibles alternativas de gobierno que superen la parálisis y la crispación