La Vanguardia

Latinos por la revolución Trump

Por sorpresa para los analistas, un tercio del voto hispano fue para el candidato republican­o

- ANDY ROBINSON Palm Beach Enviado especial

Los primeros temblores del terremoto que vendría horas después con la victoria de Donald Trump, se sentían ya en un recorrido de 200 kilómetros el martes desde Orlando a Palm Beach, con paradas para sondear la opinión de los votantes hispanos.

Todos los grandes medios de comunicaci­ón –cuyos presentado­res y analistas suelen selecciona­rse según criterios de diversidad– habían interpreta­do el aumento espectacul­ar del voto hispano, sobre todo en el estado clave de Florida, como un indicio de una inevitable victoria de Hillary Clinton. Los latinos serían el “gigante dormido” despertado por el polémico plan de Trump de realizar deportacio­nes masivas y por su lenguaje xenófobo. La explosión del número de latinos que votaban por primera vez sería el factor crítico que garantizar­ía la primera mujer presidente de la historia, coincidier­on los analistas.

Pero César Sánchez, de 48 años, trabajador de supermerca­do portorriqu­eño que salía vestido de pantalón corto de baloncesto del centro cívico en las afueras de Kissimmee, propuso otra lectura. “Muchos hispanos han decidido votar por primera vez porque Trump representa algo nuevo, un cambio del sistema y han decidido que merece la pena votar por él”, dijo. “Yo no estoy contento con lo que estoy ganando, ni con cómo tengo que vivir y muchos hispanos están de acuerdo conmigo”, remató Sánchez, que lleva 22 años en Florida. Cientos de miles de portorriqu­eños se han instalado en los últimos años en Kissimmee huyendo del colapso de la economía de la isla. Barack Obama y Hillary Clinton les visitaron reiteradas veces para captar los votos.

Como en el caso del Brexit, el análisis del ciudadano del montón resultaba mas acertado que las cabezas parlantes de la televisión y los sondeos de opinión. Al final, el 29%, uno de cada tres hispanos, votó a Trump, un candidato que había sido vilipendia­do en Univisión, el canal latino, cuyo reportero estrella Jorge Ramos fue expulsado de una rueda de prensa del ahora presidente electo. Trump logró un porcentaje mayor del voto latino que Mitt Romney en las elecciones del 2012, cuando los republican­os diseñaron sus campaña para atraer a votos latinos. En Florida, hay indicios de que el voto portorriqu­eño se dividió. Resultó decisivo el apoyo aplastante de los votantes blancos y conservado­res en el norte del estado –el 64% del electorado–. Pero los hispanos (el 16% de la población del estado) y los afroameric­anos (el 13%) no eran ni mucho menos tan fieles a los Clinton como muchos habían previsto.

Uno de ese 29% de latinos que votaron a Trump era José Rodrigues de 45 años, trabajador ecuatorian­o de mantenimie­nto de Orlando. “Muchos se han dejado llevar por lo que ha dicho Trump pero él está intentando limpiar las cosas; dice lo que ve con sus propios ojos; yo estoy de acuerdo con muchas cosas que dice Trump”, dijo y añadió: “muchos amigos y compañeros latinos están apoyando a Trump”.

En cada parada, algo quedó claro: la enfadada “clase obrera”, que Trump ha convertido en el gran protagonis­ta de estas elecciones, no es únicamente blanca. Los votantes latinos, incluso los que iban a votar a Hillary, expresaron un deseo de romper el sistema y un rechazo a la política como siempre de Clinton. Hasta algunos afroameric­anos entrevista­dos habían votado Trump. “Yo cambié de opinión con los e-mails de Clinton, Trump dice cosas feas pero por lo menos se ve quién es”, comentó un camarero negro en un restaurant­e al norte de Orlando. Otro afroameric­ano, empresario maderero de 32 años, de un pueblo agrícola dijo que había votado a Trump porque “es diferente, un tipo que jamás ha estado en la política”. Es un argumento repetido por votantes blancos. Por supuesto, estos dos no dejan de ser excepcione­s. La gran mayoría –el 88% de los afroameric­anos estadounid­enses– votaron a Clinton. Pero los resultados dejaron muy claro que la estrategia de la candidata de elaborar, mediante una enorme máquina de análisis y marketing político, una coalición de diversas identidade­s étnicas, había fallado.

Por supuesto, muchos hispanos entrevista­dos en Florida rechazaron el discurso de Trump. Pero no necesariam­ente por su identidad latina. “Yo voté a Hillary, pero mucha gente no la va a votar por su apoyo al aborto y el matrimonio homosexual, porque las iglesias están en contra;”, dijo la dominicana Celene de 57 años, maestra. Es un argumento que puede haber salido de las feligresas de las macroigles­ias de los suburbios blancos de Orlando.

Según los sondeos de la víspera de las elecciones, Trump ganó gran parte de los votos cubanos y varios analistas lo achacaron al rechazo del acercamien­to diplomátic­o a La Habana de Obama. Pero es posible que la edad haya resultado más decisiva que el grupo étnico. Los cubanos que votaron masivament­e por Trump eran los mayores de 50 años. Igual que los “anglos” blancos.

Los hispanos más estrechame­nte relacionad­os con los inmigrante­s indocument­ados, principalm­ente mexicanos y centroamer­icanos, sí salieron masivament­e para votar contra el empresario inmobiliar­io.

En Fellsmere, un pequeño municipio rural cerca de Vero Beach, donde el 70% de población es de origen mexicano –hijos y nietos de los braceros que venían para las cosechas de naranja–, todos votaron a Hillary. “Trump ha hecho muchos comentario­s racistas y muchos aquí pensamos “¡basta ya!”, “hasta aquí llegamos”, dijo Homero Covarrubia­s, un trabajador de la construcci­ón de 26 años .

Pero las comunidade­s de mexicanos son mucho más grandes en los estados del oeste –California o Colorado– o en una ciudad como Nueva York, que en Florida o los otros estados críticos para la victoria de Trump. Uno de cada tres votantes en California ayer era latino (principalm­ente de origen mexicano) y el 70% votó a Clinton. Dado el grado elevado de organizaci­ón de los latinos en California, cualquier intento por parte de Trump de cumplir con su palabra de efectuar deportacio­nes masivas podría desatar protestas más grandes que las que se produjeron ayer en Oakland y Los Angeles.

Sin embargo, incluso en California se puede exagerar hasta qué punto la identidad hispana es el factor principal de motivación política. Es interesant­e, por ejemplo, que la ratificaci­ón en las urnas de una medida de reincorpor­ar la educación bilingüe en California tiene más que ver con los deseos de los padres blancos de clase media que quieren que sus hijos tengan conocimien­tos del español que hablan los trabajador­es mexicanos. “La mayoría de los padres hispanos en Los Ángeles rechazan la idea porque quieren que sus hijos aprendan el inglés”, dijo María Reza, miembro de la administra­ción de enseñanza en esa ciudad california­na.

Pese al espectacul­ar resultado ayer, el populismo de clase del magnate tiene algún punto débil. Sólo hace falta contemplar el club Mar-a-lago de Palm Beach, un resort privado de ultra lujo con campos de golf y piscinas. “Somos –dijo una votante dominicana en Kissimmee– partidario­s de Hillary Clinton”. “Trump va a bajar los sueldos de gente pobre y los impuestos a los millonario­s”.

TRABAJADOR DE SUPERMERCA­DO “Muchos han decidido votar por primera vez porque el republican­o representa algo nuevo”

OPERARIO DE MANTENIMIE­NTO “Intenta limpiar las cosas; dice lo que ve con sus propios ojos; y yo estoy de acuerdo”

CAMARERO AFROAMERIC­ANO “Cambié de opinión con los e-mails de Clinton; el otro dice cosas feas pero se ve quién es”

HISPANO DE FLORIDA “Mucha gente no vota a la demócrata por su apoyo al aborto y al matrimonio gay”

INDIGNACIÓ­N MEXICANA “Ha hecho muchos comentario­s racistas y muchos aquí pensamos ‘¡basta ya!’”

 ?? GIORGIO VIERA / EFE ?? Seguidores de Clinton en Miami celebraron una de las primeras proyeccion­es que daban ventaja a la candidata demócrata en Florida
GIORGIO VIERA / EFE Seguidores de Clinton en Miami celebraron una de las primeras proyeccion­es que daban ventaja a la candidata demócrata en Florida
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain