Rusia desea el fin de las sanciones y acercamiento en Ucrania y Siria
Putin felicita a Trump y apuesta por una “nueva era” en las relaciones bilaterales
La capital rusa dio ayer un salto de alegría en cuanto se confirmó que el nuevo presidente de Estados Unidos será Donald Trump. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, que había expresado sus preferencias por el empresario de Nueva York, le envió un telegrama de felicitación en el que mostraba sus deseos de que supere la crisis actual existente entre ambos países.
Las palabras de Putin fueron completadas luego por todo un coro de políticos, consejeros y expertos que apostaban por un cambio en la política de Washington hacia Moscú y el consecuente levantamiento de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos a raíz de la anexión de Crimea y el papel de Moscú en el conflicto de Ucrania. Con la crisis ucraniana, que comenzó en el 2014, y las diferencias en la guerra de Siria, las relaciones entre EE.UU. y Rusia han alcanzado el punto más bajo desde el fin de la guerra fría.
La elite política rusa cree que Donald Trump es una bendición para Rusia. En la campaña electoral, el presidente electo estadounidense mostró abiertamente su admiración por Vladímir Putin. Además, su victoria se interpreta como un puñetazo en el estómago al esta-
blishment norteamericano. En su telegrama de felicitación, Putin mostró sus deseos de que comience una “nueva era” entre EE.UU. y Rusia, se ponga en marcha un diálogo constructivo y ambos países colaboren para dar una respuesta efectiva a los desafíos a la seguridad global. “Entendemos que no será un camino fácil”, dijo luego el presidente ruso en el Kremlin. “Como he dicho varias veces, no es nuestra culpa que las relaciones ruso-americanas hayan llegado a esta situación. Pero Rusia quiere y está preparada para restaurar por completo las relaciones con EE.UU.”
El fin de las sanciones parecía ayer el deseo más acariciado. “Como hombre práctico que es, creo que cancelará las sanciones, que hacen daño a los negocios americanos. El intercambio comercial y las relaciones económico-financieras entre Rusia y EE.UU., y con el resto de Occidente, se restablecerán y, probablemente, crecerán”, opinó Serguéi Gláziev, consejero de Putin.
“Es evidente que las posibilidades de que las sanciones se levanten han crecido –concedió el economista jefe de Renaissance Capital, Charles Robertson–. Eso mejoraría el clima de inversiones para Rusia”.
En Moscú también se espera que cambie “la política expansionista de Washington”. Serguéi Zhelezniak, diputado de Rusia Unida, el partido creado por Putin, dijo en televisión que los estadounidenses votaron en primer lugar por motivos internos, pero “en política exterior apostaron en contra de la política expansionista y por la colaboración internacional”. Para Serguéi Márkov, un analista pro Kremlin y exdiputado, Estados Unidos frenará su apoyo a “la junta terrorista de Ucrania”, en referencia al Gobierno prooccidental surgido en el país vecino tras la revolución de la Maidán, del 2014. También será más fácil que Rusia y Estados Unidos se pongan de acuerdo sobre Siria, donde apoyan a bandos enfrentados.
Pero el entusiasmo en los alrededores del Kremlin no es compartido por todos. Para el ruso-americano Nikolái Zlobin, que dirige el Centro para los Intereses Globales de Washington, para mejorar las relaciones con Rusia Trump deberá superar “un estable consenso negativo sobre Rusia en la élite, la sociedad de negocios y la sociedad estadounidenses”.
“La alegría del Kremlin por la victoria de Trump está equivocada, ya que él es una fuente de muchas sorpresas desagradables. La pena de Ucrania por la derrota de Clinton también llega demasiado pronto”, escribió en Facebook el politólogo e historiador ucraniano Andréi Demartino. Este experto sostiene que hace mucho que EE.UU. no tiene un líder preparado para romper las reglas y actuar por sí mismo.
Finalmente, el embajador de Estados Unidos en Moscú, John Tefft, en una entrevista al diario Kommersant, aconsejó no olvidar que Barack Obama estará al frente de la Casa Blanca otros tres meses. Y recordó que siguen los contactos entre Washington y Moscú para la crisis ucraniana. “Y el problema de Siria no ha desaparecido: la solución incluye una serie de cuestiones, desde Alepo hasta el proceso de cambio político”, explicó.
SINTONÍA CON PUTIN La victoria se interpreta como un puñetazo al ‘establishment’ y un cambio de política OTRA POLÍTICA EXTERIOR “Los americanos han votado contra la política expansionista”, dice el diputado Zhelezniak