América Latina contiene el aliento ante Trump
Máxima preocupación en México, el país más ‘damnificado’
Aliento contenido en el patio trasero de EE.UU. ante la victoria de Trump. El multimillonario logró lo que la Unasur, la OEA o la Celac aún no consiguieron: unir a los latinoamericanos. En su contra, claro. Los mandatarios del continente, de izquierda a derecha, con la boca más o menos grande, coincidieron durante la campaña en que una victoria del magnate no convenía a ningún país al sur de río Grande. Ayer todos empezaron a rectificar. En México, el país más damnificado por las propuestas y las palabras de Trump, su presidente, Enrique Peña Nieto, felicitó telefónicamente al mandatario electo estadounidense. Ambos acordaron reunirse durante estas semanas de transición y trabajar conjuntamente. Peña Nieto puede ahora exhibir como un acierto su controvertida reunión con el entonces candidato a la Casa Blanca.
Al margen del polémico muro fronterizo y los dichos xenófobos del millonario, el desplome del peso mexicano, que se inició el martes por la noche tan pronto como la tendencia daba opciones de victoria al republicano, evidenció que la economía azteca está en manos del “huracán” Trump, como lo denominó ayer Agustín Carstens, gobernador del Banco Central. Carstens y el ministro de Hacienda convocaron urgentemente, a primera hora de ayer, una rueda de prensa para calmar a los mercados, aunque no anunciaron ninguna medida para proteger a la moneda local. México vive de las exportaciones a EE.UU., que el proteccionista presidente electo cuestiona, al igual que el Nafta, el tratado de libre comercio norteamericano que incluye a Canadá.
Por su parte, la ministra de Exteriores mexicana, Claudia Ruiz Massieu tendió puentes. “Juntos somos más competitivos, juntos somos más prósperos, juntos somos más seguros”, declaró la ministra, partidaria de abrir el diálogo con la futura administración de Washington para renegociar el Nafta. Ruiz Massieu reconoció que habrá “cambios” en la relación.
No obstante, quizás la reacción más llamativa al triunfo de Trump se produjo en Cuba, cuyo Gobierno anunció inmediatamente maniobras militares en toda la isla, aunque anoche La Habana aún no se había pronunciado por el resultado electoral. Algunos analistas culpan de la derrota clave de Clinton en Florida a la apertura de Obama con el régimen castrista. Además, el presidente estadounidense firmó en octubre un decreto que reforzaba la normalización de relaciones diplomáticas. Hace sólo unos días Washington se abstuvo por primera vez en la votación de la ONU que cada año pide el levantamiento del embargo comercial a la isla, que el Congreso republicano se niega a levantar por completo.
Trump abogó en la campaña por revertir algunas decisiones de Obama sobre Cuba y por la “mano dura” contra el castrismo, así como contra el Gobierno de Venezuela. El magnate comparó a Clinton con el chavismo. Sin embargo, la oposición antichavista no saltaba ayer de alegría. Al contrario, sus principales líderes se mostraron preocupados por la irrupción de Trump. “El mundo amanece con incertidumbres similares a las que los venezolanos estamos enfrentando desde hace 17 años”, dijo el secretario de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba.
La administración Obama está teniendo un papel importante en el frágil diálogo entre Gobierno y oposición venezolana. Igualmente, la Casa Blanca impulsó el proceso de paz entre las FARC y el Gobierno colombiano. En Bogotá, los temores apuntan a que el aislacionismo y nacionalismo de Trump provoquen que Washington se desentienda de un acuerdo con la guerrilla.
La Casa Rosada también dio ayer un giro. El presidente derechista Mauricio Macri, que se llegó a posicionar a favor de Clinton, felicitó a Trump y expresó su intención de “trabajar juntos”, justo cuando Argentina quiere dejar atrás el proteccionismo que ahora propone el mandatario electo estadounidense y cuando espera como agua de mayo al capital extranjero, teniendo en cuenta. EE.UU. es su principal inversor. Macri conoce a Trump desde sus tiempos de empresario, pues ambos intentaron hacer negocios juntos, finalmente frustrados.
Evo Morales también felicitó a Trump, pero de manera muy elocuente. “Esperamos trabajar contra el racismo, machismo, la antiinmigración, por la soberanía de nuestros pueblos”, añadió el líder boliviano a su felicitación por Twitter.
Más explícito fue el expresidente izquierdista de Uruguay, donde Trump construye actualmente una de sus torres. “¡Socorro!”, exclamó ayer José Mujica.
CUBA El régimen castrista, criticado por el nuevo líder, ordena maniobras militares en la isla BOLIVIA Morales insta al republicano a combatir el racismo, el machismo y la antiinmigración