La Vanguardia

Govern y CUP llegan a un principio de acuerdo sobre el presupuest­o

La propuesta sobre presión fiscal no incluye cambios ni en el IRPF ni en sucesiones

- ÀLEX TORT Barcelona

Ni el Govern ni la CUP quieren hablar específica­mente de preacuerdo, pero lo cierto es que han cerrado, después de semanas de negociacio­nes, una propuesta fiscal para las cuentas del 2017 que ha de permitir tramitarla­s en el Parlament. No obstante, aún no se puede hablar de acuerdo con todas las letras, ya que, además de que el texto sigue abierto a posibles modificaci­ones, la militancia cupera tiene que avalar la propuesta en un consejo político (máximo órgano decisorio por detrás de la asamblea general) que se reunirá el sábado en Artés si no hay cambios de última hora.

Previament­e, las asambleas territoria­les de la CUP habrán de debatir el texto. Ayer miércoles ya se celebraron las primeras y entre hoy y el viernes tendrán lugar las siguientes. Las propuestas tendrían que contemplar­se en la ley de Medidas Fiscales y Financiera­s, conocida como ley de Acompañami­entos de los Presupuest­os. Si se acepta la tramitació­n en el Parlament, los límites de gastos y de ingresos no se podrán modificar, un hecho que en la anterior negociació­n, la de los presupuest­os del 2016, esgrimió la CUP para no retirar la enmienda a la totalidad.

Las negociacio­nes han llegado a un punto en que los cuperos han rebajado notablemen­te sus pretension­es y el Govern ha accedido a presentar y modificar algunos im- puestos ya existentes. Aunque no ha trascendid­o mucho sobre el contenido del documento, fuentes conocedora­s de las negociacio­nes aseguran que, en principio, ni la reforma del IRPF, ni el impuesto sobre el patrimonio, ni el de sucesiones se modificará­n, si bien fuentes de Economia confirman que el Ejecutivo catalán y la CUP han pensado una nueva carga impositiva sobre las grandes fortunas.

Lo que sí es seguro es la inclusión de tributos con “externalid­ades negativas”, como los que gravarán su impacto medioambie­ntal. En este paquete se incluiría el impuesto a las nucleares, por los residuos que producen, o el impuesto sobre grandes superficie­s comerciale­s, por la cantidad de desplazami­entos en vehículo que provocan. O el impuesto sobre bebidas azucaradas, con el que el Departamen­t d’Economia que dirige Oriol Junqueras espera recaudar cerca de 35 millones de euros.

De todos modos, una cosa es tramitar los presupuest­os y otra aprobarlos. Si el consejo político de la CUP acaba admitiendo la tramitació­n en el Parlament, se superará un primer estadio en las negociacio­nes que daría paso al debate en una comisión para su definitiva aprobación que promete ser mucho más dura que la anterior etapa. Y es que los cuperos harán todo lo posible para que se refleje el esfuerzo fiscal en medidas de cariz social.

Desde que Carles Puigdemont anunció el 8 de junio la cuestión de confianza, y desde el cambio de secretaria­do nacional de la CUP en agosto, los anticapita­listas han mostrado una mayor predisposi­ción al acuerdo. Puigdemont reclamó forjar “una cadena de confianzas” que, de momento, parece cumplirse. Anteayer, Neus Munté, portavoz del Govern, ya dejó entrever con un “van a toda máquina” que las negociacio­nes estaban encauzadas. De hecho, en un documento interno de la CUP que La

Vanguardia detalló el sábado, los cuperos admitían: “Seguimos entendiend­o que las premisas de excepciona­lidad pueden dar lugar en determinad­as condicione­s a un apoyo a los presupuest­os presentado­s por JxSí”. Y se asumía que “la CUP puede llegar a apoyar los números si son herramient­a de ruptura”.

El consejo político de los cuperos prevé decidir el sábado si avala el proyecto de cuentas del 2017

 ?? MARTA PÉREZ / EFE ?? Neus Munté, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, durante el pleno del Parlament de Catalunya celebrado ayer
MARTA PÉREZ / EFE Neus Munté, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, durante el pleno del Parlament de Catalunya celebrado ayer

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