Hallado en la Costa Brava un barco romano del siglo I
Los restos de la embarcación, que transportaba salsa de pescado, son los mejor conservados de esta época en Catalunya
Dos mil años después de que naufragara, los arqueólogos han hallado a unos 50 metros de profundidad, cerca de las islas Formigues, entre la costa de Palafrugell y la de Palamós, el barco de época romana mejor conservado de Catalunya. Al menos en una de las ánforas que transportaba la embarcación existe la más que fundada sospecha de que hay restos de garo (salsa de pescado), uno de los principales condimentos de la época.
A falta de los resultados de los análisis que deberán confirmar esta hipótesis de los investigadores y de las excavaciones, que se iniciarán el año que viene, la nave, que data de la primera mitad del siglo I d.C, transportaba un cargamento de esta salsa de pescado, que tenía en la Bética (la actual Andalucía) uno de los principales centros de producción del imperio romano. Los buzos del Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya (CASC) sospechan de este tipo de carga por la forma de ánfora hallada en el fondo marino, del tipo Dressel 11, la más habitual para el transporte de este producto. “Eso no excluye que el barco pudiera contener otros cargamentos, como trigo o lingotes de plomo y bronce, que se solían transportaren la parte inferior de las embarcaciones”, explica Gustau Vivar, responsable del CASC.
En una pequeña porción de 2 m2 del fondo marino y bajo la arena, los buzos del CASC, guiados por el submarino Ictineo 3, que permite realizar inmersiones largas a gran profundidad, encontraron el pasado octubre 37 ánforas, cubiertas de algas, algunas precintadas con tapones de corcho y de cerámica. “Se intuyen unos 15 metros de longitud de ánforas”, explica Vivar, aunque reconoce que previsiblemente durante las excavaciones se descubrirán muchas más, ya que este tipo de embarcaciones de la época imperial acostumbraban a transportar entre 1.000 y 2.000 recipientes.
El hallazgo deja muchas preguntas en el aire, como ¿hacia dónde se dirigía la embarcación?, ¿qué otras cargas transportaba?, ¿por qué naufragó?. “Dejemos que los objetos hablen cuando excavemos. De momento, todo son hipótesis”, asegura Vivar.
La embarcación pudo dirigirse hacia el puerto de Marsella o a Narbona y desde allí redistribuir la carga hacia otros puntos de Catalunya, explica el responsable del CASC, que intuye el buen estado de conservación del buque. “Creemos que encontraremos madera bien conservada porque el cargamento de las ánforas que había en la bodega ha aguantado bien la estructura del barco”, añade. El porqué del hundimiento será otra pregunta clave que deberán desvelar los investigadores. “No le tocaba hundirse en este punto, porque está lejos de la zona de escollos”, reconoce.
Para despejar estas incógnitas, habrá que esperar al año que viene, cuando varios equipos de arqueólogos especializados en inmersiones de más de 40 metros, que el CASC ha formado en los últimos años, procederán a la excavación de este yacimiento del Baix Empordà, del que se sospechaba de su existencia gracias a la información facilitada por un pescador local y un submarinista, pero no de su excepcional contenido y su buen estado de conservación.
En todo el Mediterráneo existen otros tres barcos de características parecidas, uno en Alicante y los otros dos en el estrecho de Bonifacio, que separa las islas de Córcega y Cerdeña.
La campaña del pasado mes de octubre permitió también descubrir otros cinco yacimientos entre Palafrugell y Palamós, lo que confirma la zona como un lugar de navegación, comercio y hundimientos. El hallazgo de estos restos permite ampliar hasta 840 el inventario de yacimientos subacuáticos de Catalunya. Vivar no quiso dar las coordenadas exactas para evitar que sean expoliados.
La excavación del yacimiento, el año que viene, permitirá saber adónde se dirigía la nave y por qué se hundió