La Veneno fallece en extrañas circunstancias
La televisión fue el escaparate que popularizó su imagen trans
Cristina Ortiz (52), más conocida como La Veneno, falleció en el hospital de La Paz de Madrid a las nueve de la mañana de ayer.
El popular personaje llegó al gran público a través del espacio televisivo Esta noche cruzamos el
Mississippi (Telecinco) de la mano de Pepe Navarro, que la descubrió mientras grababan un programa sobre travestis en el Parque del Oeste de Madrid, donde La Veneno ejercía la prostitución.
Hasta ese momento el medio se le había resistido, tal vez porque no explotaba aún su nueva identidad sexual. Cristina había nacido en Adra (Almería) como José Antonio Ortiz, uno de los seis hermanos de una modesta familia. A pesar de sentirse diferente y de que su orientación no fuera aceptada por nadie, utilizó su atractivo como hombre y logró ser Mister Andalucía de 1989. Como tal apareció en Vivan los novios (Telecinco), aunque sin repercusión alguna.
Llegó a Madrid en 1994 y allí comenzó la transformación física que la llevaría a la fama. Convertida en un icono gay, los programas televisivos siguieron siendo la plataforma que explotaba sus excesos plásticos, gestuales, léxicos y conceptuales. Todo era exuberante en esta nueva Cristina, que se convirtió en tertuliana televisiva habitual, vedette, cantante (dos discos) y estrella de La sonrisa del
pelícano (A3), también de Navarro, así como de una teleserie con Alfredo Landa (En plena forma). Un turbio incidente doméstico incendia su casa y la acusación de haberlo provocado la lleva tres años a la cárcel. Sale con 122 kilos de más y la dieta rápida que siguió acabó alimentando los malos hábitos que perfilarían su trágico final. Protagonizó dos filmes porno y escribió, con la periodista Valeria Vegas, ¡Digo!, ni puta ni santa, un libro de memorias donde, supuestamente, desvela los nombres de aquellos con quienes compartió intimidad.
Aunque se especuló con la venganza como objeto de la muerte, parece que se confirma el concepto accidental del óbito. Pastillas y alcohol le provocaron una caída en la que se dio un golpe en la cabeza, un traumatismo craneoencefálico fatal.
Personaje conocido por sus excesos éticos y estéticos, pasó por la cárcel y grabó discos y filmes porno