Trump amenaza con hacer descarrilar la lucha contra el cambio climático
Los países sólo pueden abandonar el tratado de París al cabo de tres años
La victoria de Donald Trump, cuatro días después de la entrada en vigor del Acuerdo de París contra el cambio climático, ha disparado las incertidumbres sobre el futuro de este tratado internacional, el primero a nivel mundial para combatir el calentamiento el planeta. Trump prometió en la campaña electoral que retiraría a su país de este acuerdo y daría prioridad al carbón. “El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos para atacar la competitividad de la industria estadounidense”, llegó a decir. Su llegada amenaza con hacer descarrilar el pacto. ¿Pero podrá desafiar solo a la comunidad internacional y a amplísimos sectores de su país como un llanero solitario?
Un cierto fatalismo rodeó ayer las valoraciones de algunos de los principales actores que contribuyeron a hacer realidad el Acuerdo de París, mediante el cual 196 países han pactado aplicar medidas para reducir o frenar sus emisiones de gases que calientan el clima. Casi 20 años de negociación son demasiados para echarlos por la borda.
Teresa Ribera, directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI) de París, señala que la elección de Trump es “una mala noticia pues se produce cuando hay un clima de confianza mundial que permite acelerar la lucha contra el cambio climático”. Llega al poder cuando hay plena convicción en la comunidad internacional sobre la necesidad de actuar; en un momento de consenso sobre los riesgos climáticos que supone la inacción y sobre las posibilidades tecnológicas que aportan ya unas energías renovables más baratas y demandadas por los inversionistas. “Está por ver que Trump pueda materializar su deseo de dejar el acuerdo”, dice Ribera.
Para Ségonèle Royale, ministra de medio ambiente francesa, una de las artífices del acuerdo, abandonar el tratado no será coser y cantar. “Los países firmantes sólo pueden dejar el acuerdo de París al cabo de tres años, más un año de notificación previa; por eso, nos esperan tres años estables”, sostiene Royal. Parece que Obama quiso dejar maniatado a Trump, antes de despedirse... El nuevo líder republicano podría denunciar el Convenio marco de Cambio Climático que da cobijo al tratado de París, pero este tipo de situaciones nunca se ha producido antes. El principal efecto de un desmarque de Trump es el riesgo de que se paralicen las acciones para mitigar el calentamiento, aunque si EE.UU. abandona el barco puede situarse ante el peligro de dejar que China lidere las políticas para combatir el calentamiento, lo que agiganta el fantasma norteamericano de ver crecer a su rival económica también en este campo. Trump puede querer ejercer de héroe solitario, pero el próximo martes más de 30 jefes de Estado se reunirán en la cumbre del clima de la ONU de Marraquesh para apuntalar el consenso, lo que puede ser un ensayo para ver si elige ese papel.
La presión vino incluso de Salaheddine Mezouar, presidente de la cumbre de Marrakech: “La cuestión del cambio climático trasciende a la política y atañe a la preservación de nuestro modo de vida, de nuestra dignidad y del único planeta en el que todos vivimos. Todas las partes debemos respetar nuestros compromisos, dentro del marco del esfuerzo común”, dijo. “Esta elección es un desastre, pero no puede ser el fin del proceso climático internacional”, dice May Boeve, de la oenegé 350.org. “Trump ha lanzado muchas bravatas contra el Acuerdo, pero no sabemos qué hará”, resume Ribera. Las aportaciones económicas de EE.UU. al fondo verde de clima de la ONU para que los países menos adelantados puedan adaptarse al cambio climático son una de esas grandes incógnitas.