Comprender el mundo
World Press Photo repasa en el CCCB los grandes acontecimientos del año, de la crisis de refugiados a los atentados de París
Warren Richardson, de 47 años, es un fotógrafo freelance que en el verano del 2015 viajó a los Balcanes para cubrir la crisis de los refugiados, en su mayoría sirios y afganos que querían atravesar la frontera entre Serbia y Hungría con la esperanza de continuar viaje hacia Europa occidental. Acampó con ellos durante semanas, trabajando sin apenas recursos y a veces sin comida. Una noche, agotado de jugar al ratón y al gato con la policía fronteriza, captó la imagen de un hombre que pasaba a un bebé a través de un agujero abierto en un alambre de espino. La tomó en blanco y negro, sin flash, aprovechando la luz de la luna para no alertar a los vigilantes, y luego la envió a varias agencias, que no quisieron comprársela. Y lo más probable es que aquella escena, que luego daría la vuelta al mundo, habría quedado perdida en el fondo de un cajón de no ser porque el jurado del World Press Photo la eligió como la mejor fotografía del año.
La peripecia de La esperanza de una nueva vida, que así se titula instantánea de Warren Richardson, es más que una simple anécdota. Dice mucho de la esencia del fotoperiodismo como una herramienta imprescindible para una mejor comprensión del mundo, de la crisis de los medios de comunicación y también de la importancia del certamen en la difusión de proyectos que de otra manera pasarían desapercibidos. Prueba de ello es la exposición World Press Photo 16 que organiza la Fundación Photographic Social Vision y que hasta el 11 de diciembre reúne en el CCCB algunos de los grandes acontecimientos del pasado año, desde la catástrofe de los refugiados a la guerra en Siria, los ataques en París o las consecuencias devastadoras del terremoto en Nepal.
Imágenes de una gran potencia visual que esconden historias humanas, como la Raheleh, una adolescente iraní ciega que cada mañana se sienta tras la ventana para disfrutar del calor del sol (su autor, Zohreh Saberi, obtuvo el tercer premio en la categoría de vida cotidiana) o la de esa otra niña que parece estar a punto de asfixiarse con el plástico que le han dado para resguardarse de la lluvia mientras espera en la frontera de Serbia (primer premio en el apartado de gente, la firma Matic Zorman).
World Press Photo, que el próximo año creará un nuevo concurso dedicado al documental creativo, ha premiado en su actual edición a tres españoles: Daniel Ochoa de Olza, por La fiesta de las Mayas, tomada en Colmenar Viejo (Madrid); Sebastián Liste, por un proyecto sobre las favelas de Río de Janeiro; y Mikel Aristegui, por su trabajo multimedia sobre la vida cotidiana de los niños en Camboya.
La exposición de las imágenes ganadoras del concurso reivindica el valor del fotoperiodismo