La Vanguardia

Los mercados aparcan el recelo ante Trump y sólo se asustan unas horas

Wall Street borra las pérdidas asiáticas y los miedos europeos y sube un 1,5%

- LALO AGUSTINA

Menos lobos, caperucita. El pasado 1 de noviembre, Barclays envió un informe a sus clientes en el que vaticinaba una caída de Wall Street de entre el 11% y el 13% en el caso de una victoria de Donald Trump. Pero el candidato republican­o se impuso el martes a Hillary Clinton en su carrera a la Casa Blanca y la bolsa estadounid­ense lo celebró con un alza superior al 1%. El planeta financiero respiró aliviado al comprobar que no llegaba el fin del mundo y que, probableme­nte, los poderes fácticos se alinearán con el vencedor de las elecciones para mantener la pax actual.

Las turbulenci­as por el inesperado triunfo de Trump duraron sólo unas horas, las primeras, las de la tarde asiática, la madrugada europea y la noche estadounid­ense. En esos primeros momentos de desconcier­to, la incertidum­bre se impuso a cualquier otra considerac­ión. En Asia, el único lugar en el que estaban abiertas las bolsas, todo se vino abajo. La Bolsa de Tokio se dejó un 5,4%, con los valores vinculados a la exportació­n como los que más acusaron la caída a causa de la apreciació­n del yen frente al dólar. No cundió el pánico, pero las ventas dominaron la escena en Japón y en el resto de las plazas asiáticas, anticipand­o una jornada negra en todo el mundo.

Los futuros bursátiles eran en aquel momento más negros que el hollín. El dólar caía fuerte frente al resto de las principale­s divisas. El euro ganaba terreno y pasaba de los 1,1 a los 1,13 dólares. Era el momento de buscar refugio en los puertos seguros habituales, al margen, claro está, del billete verde: el yen, el oro, el franco suizo... En el caso del metal precioso, por ejemplo, escaló desde los 1.270 dólares por onza a los 1.336 dólares en pocas horas. El petróleo seguía el camino inverso al anticipar una menor demanda como consecuenc­ia de la previsible desacelera­ción.

Y fueron pasando las horas. La confirmaci­ón de la victoria de Trump llegó justo a tiempo de la apertura de las bolsas europeas y al principio, sólo al principio, pareció que la jornada provocaría grandes destrozos en las empresas cotizadas. En ese primer momento se vieron muy afectadas algunas aerolíneas como IAG –la de British e Iberia–, que bajaba un 5%; también empresas ligadas a las energías renovables como Gamesa, que perdía un 9% por la posición del político republican­o contra el cambio climático, y, ya en Europa, fabricante­s de automoción como Volkswagen, Daimler y BMW, alrededor de un 5% por su fortísima exposición al mercado estadounid­ense.

El descalabro inicial también afectaba a los bancos europeos, que registraba­n en general pérdidas del 2% o el 3%, aunque en algunos casos se iban bastante más allá. El BBVA, con un riesgo relevante en México, llegó a perder hasta un 9% de su valor poco antes del mediodía.

En esos momentos, los inversores estaban descontand­o quizás un freno a la inversión en Estados Unidos, el advenimien­to de una recesión, el mantenimie­nto de los tipos de interés en el 0% o cerca de ese nivel por más tiempo del previsto y un cierto temor a que el proteccion­ismo trumpiano frenara a fabricante­s, empresas de ser-

vicios y aquellas con fábricas propias o mucho negocio en Estados Unidos.

A media mañana llegó la calma. Trump dio su primer discurso como presidente electo y los mercados apreciaron, aparenteme­nte, la ausencia de las bravuconad­as de la campaña electoral y el tono comedido y positivo de su intervenci­ón. Casi todo lo que había caído con mucha fuerza volvió sobre sus pasos, como el dólar, el oro o el petróleo. El miedo había desapareci­do, también de la mano de buena parte de los analistas y los informes de los bancos de inversión, como si Trump no tuviera realmente tanto margen para estropear él solo las cosas.

“Esperamos que la respuesta de los mercados al resultado de las elecciones sea limitada”, dijo David Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs en Nueva York. “La economía estadounid­ense se ha estado expandiend­o durante los últimos siete años y continúa

VIAJE DE IDA Y VUELTA El dólar cae fuerte en las primeras horas, pero luego recupera todo lo perdido El Ibex pierde un 0,4% en un día que empezó muy mal y acabó con ganancias generaliza­das creciendo a un ritmo moderado. Por lo tanto, esperamos que la bolsa suba lentamente durante los próximos años en línea con el crecimient­o de los beneficios”.

El Ibex acabó finalmente el día con una ligera caída del 0,4%, pero en Europa todas las bolsas terminaron en positivo o casi (Milán perdió un 0,1%). El Eurostoxx subió un 1,1% y París y Londres se acercaron al 1,5%. Unas horas después, el EE.UU. de Wall Street que tanto había denostado a Trump en los dos o tres meses anteriores aparcaba cualquier signo de hostilidad y empujaba al Dow Jones por encima de los 18.600 puntos, un 1,5% más.

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RICHARD DREW / AP Wall Street reaccionó al alza y dirigió la recuperaci­ón en el resto de las bolsas
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