Una Meridiana más verde y con menos tráfico
El Ayuntamiento quiere reformar la avenida en este mandato y apuesta por reducir el tráfico
El equipo de gobierno presenta a los vecinos otras tres reformas más conservadoras
La reforma de la Meridiana entre la calle Aragó y Fabra i Puig estará lista en este mandato. Así se comprometió ayer la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, en una reunión mantenida con los vecinos del entorno. En este encuentro el Ayuntamiento de Barcelona puso sobre la mesa cuatro propuestas de remodelación que se han estado trabajando en estos últimos meses. Sólo una de ellas prevé reducir un carril de entrada y otro de salida de la ciudad. En el resto, según avanzó Sanz, se mantendría la sección actual y se ganaría espacio público y verde urbano con la reducción de las aceras de la avenida y el ajuste del actual espacio por el que circulan los vehículos.
No se trata de una remodelación muy arriesgada teniendo en cuenta los parámetros con los que trabaja el equipo de gobierno para reformar otras arterias, como es el caso del proyecto de conexión del tranvía a través de la Diagonal.
Ayer el gobierno de BComú planteó a los vecinos estas cuatro opciones, pero resultó evidente que tiene una preferencia clara por la propuesta que restringe la circulación de entrada y salida. De hecho, esta sería la única que cumple con las exigencias de los vecinos, que hace tiempo reclaman convertir esta “autopista urbana” en un espacio más amable y con menos tráfico. Sin embargo, ayer los responsables municipales no supieron decir en qué porcentaje se reduciría el tráfico en esta vía con la eliminación de dos carriles. Hay que tener en cuenta que por esta avenida entran 40.000 vehículos al día y salen de la ciudad alrededor de 50.000.
Sí que se ha estudiado, en cambio, el coste de la transformación, que debería ejecutarse en dos fases. La inversión necesaria sería de 11,5 millones de euros. Así, durante este mandato, y tras la remodelación, se eliminaría un carril de entrada a la ciudad, de manera que la avenida quedaría configurada con tres carriles de entrada y cuatro de salida. Además se trazaría un vial para bicis de 6,7 metros en el centro y aumentaría el arbolado. En una segunda fase, que se ejecutaría más adelante, se reduciría un carril de circulación de salida. La intención es acabar el proceso participativo el próximo mes de febrero y encargar el estudio ejecutivo para arrancar las obras en el 2018.
Los otros escenarios son mucho más conservadores y no afectarían la sección de circulación actual, ya que mantendrían a un lado y al otro los cuatro carriles de circulación. Sí que incorporarían todos ellos un carril bici. Así, la primera propuesta plantea reducir las aceras actuales, no aumentar el arbolado y ubicar una mediana de 4,5 metros por el que circularían las bicicletas. El segundo proyecto reduce el espacio para los peatones y esto permitiría ubicar un carril bici de 8,5 metros. La última de las iniciativas presentadas ayer a las entidades vecinales plantea una reforma que, de llevarse a cabo, convertiría la Meridiana en un clon del trazado de la Diagonal entre paseo de Gràcia y la plaza Pablo Neruda: dos carriles laterales para el tráfico local, separados por medianas con carril bici y dejando
el paso de los vehículos de entrada y salida en el centro de la calzada. Esta sería la reforma más cara, con un coste de 14,2 millones de euros.
Tras la reunión, Oleguer Méndez, de la asociación de vecinos de la Sagrera, explicó que consideran insuficiente la reducción de un único carril por cada sentido y esperan introducir mejoras para convertir esta autopista en una calle al uso.
Sanz insistió en que serán los vecinos los que finalmente decidan la mejor propuesta. También aseguró que la reducción de carriles irá acompañada de medidas de gestión del tráfico como la mejora de Rodalies y la oferta del Bus Exprés o la mejora o creación de carriles busVAO y la construcción de park&ride en Parets o Barberà. Cuestiones, que, a pesar de no ser de su competencia, aseguró que se están trabajando con la Generalitat.
Mientras se desarrollan las obras, el Ayuntamiento ha puesto en marcha actuaciones provisionales para mejorar la seguridad de las 377.000 personas que viven en el entorno de esta avenida. Janet Sanz explicó que 890 peatones se desplazan por hora por esta vía y, por eso, el equipo de gobierno destinará 208.000 euros para mejorar los refugios que están en el centro de la calzada, sustituyendo los pivotes de color verde y blanco –denominados sevillanos– por vallas de hormigón, con las que esperan incrementar la seguridad.
La reforma es fruto del acuerdo alcanzado entre el PSC y BComú para aprobar inicialmente los anteriores presupuestos: posteriormente se reforzó con la entrada de los socialistas en el gobierno de la ciudad. Hace ahora un año, Janet Sanz presentó el proyecto junto al concejal socialista Daniel Mòdol, pero ayer cambió de pareja de baile y se hizo acompañar por el concejal de Vivienda y del distrito de Sant Martí, Josep Maria Muntaner. Para el edil de Arquitectura y Urbanismo, que en su día escenificó con la teniente de alcalde el inicio del proceso de transformación, la reforma de la Meridiana lleva el sello del PSC. Mòdol aseguró que las propuestas presentadas ayer se han orientado sólo desde el punto de la movilidad, pero que hace falta convertir la reforma en un gran proyecto de calidad y de diseño del espacio público. “Un plan –dijo– que es muy importante para la nueva dirección de arquitectura urbana que ahora ha salido a concurso”.
EL SOCIO AUSENTE El PSC quiere que la reforma sea un ejemplo de calidad y de diseño del espacio público