Cruyff, un barcelonés universal con Medalla d’Or
La ciudad reconoce el legado visionario y revolucionario del holandés
Los Juegos Olímpicos de 1992 cambiaron para siempre Barcelona y la relación de la ciudad con el deporte pero también Johan Cruyff modernizó y desacomplejó la forma de competir, ganar y disfrutar desde el Camp Nou. En 1988, cuando el holandés decidió volver al Barça como técnico, después de su paso como jugador entre 1973 y 1978, más impactante que triunfal, la ciudad se encontraba ya en pleno apogeo olímpico tras su elección como sede dos años antes. Y el año de la celebración de los Juegos coincidió con la consecución de la primera Copa de Europa del Barcelona a cargo del dream team que construyó Johan como director de orquesta. Y desde entonces, cada título del Barcelona lleva el sello del estilo del maestro, y el nombre de la ciudad va asociado al deporte. Ayer, si no lo era ya por los puntos en común, la ciudad se hizo cruyffista con la entrega a título póstumo de la Medalla d’Or al mérito deportivo. Cruyff, fallecido el pasado 24 de marzo, ya es de oro.
La medalla la recibieron Danny Coster y Jordi Cruyff, viuda e hijo del holandés, de manos de la alcaldesa Ada Colau. En el Saló de Cent también estaban presentes los nietos Luca y Jeshua. Un emocionado Jordi, con un nudo en la garganta, tomó la palabra. “Son momentos duros porque revives la pérdida, pero al mismo tiempo es un honor darte cuenta de lo mucho que se le quiere. La familia Cruyff también quiere mucho a Barcelona y Catalunya”, reveló.
“Es uno de los acuerdos con más consenso y de los actos que han despertado más cariño” de los que se han realizado en el consistorio, reconoció Colau antes de definir a Cruyff como un “embajador de Barcelona en el mundo”. Por su parte, el teniente alcalde Jaume Asens destacó que el exjugador y exentrenador se convirtió en “icono y un héroe popular” desde su llegada. “Fue un golpe de aliento fresco. Con su modernidad parecía un extraterrestre en una ciudad franquista”, recordó.
Como no podía ser de otra forma, el reconocimiento a Johan Cruyff reunió a gran parte de los prohombres del barcelonismo, entre ellos el excapitán Carles Puyol, o expupilos como Òscar Garcia y Lluís Carreras, que ahora aplican su legado en su carrera como técnicos. En la primera fila de los invitados estaba el presidente del club, Josep Maria Bartomeu, acompañado del vicepresidente Jordi Cardoner y los directivos Jordi Moix, Jordi Monés, Javier Bordas, Pau Vilanova, Maria Teixidor y Oriol Tomàs. “Su maestrazgo nos acompañará siempre”, dijo el mandatario, que se saludó con Joan Laporta, su rival en los comicios de 2015.
El expresidente y exconcejal, buen amigo y admirador de Cruyff, fue el encargado de glosar la figura y los méritos del holandés. Laporta estuvo rodeado de sus exdirectivos Rafa Yuste, Josep Cubells, Maria Elena Fort, Jacint Borràs o Ignaci Macià y de barcelonistas del entorno próximos como Enric Masip. Tampoco faltó Andreu Subies, presidente de la Federación Catalana de Fútbol. No hay que olvidar
BARTOMEU, LAPORTA Y PUYOL Como ya ocurrió con el entierro, el homenaje a la figura de Johan volvió a unir al barcelonismo
EL MENSAJE DE COLAU “Es uno de los actos que más consenso y cariño han despertado; que su recuerdo nos inspire”
que Cruyff fue seleccionador de la selecció entre 2009 y 2012. Mientras que el Espanyol estuvo presente en el homenaje con su delegado José María Calzón.
Laporta se remontó a las negociaciones para el fichaje de Cruyff por el Barça de Agustí Montal. “Nunca podremos agradecer a Armand Caraben y a Marjolein, su esposa, los consejos que les dieron a Johan y a Danny para que vinieran al Barça y a Barcelona”, explicó. Y se acordó tanto del impacto personal –“todos queríamos ser como él, con el pelo largo entre los Beatles y los Rolling y los pantalones acampanados– como del deportivo –“debutó y el equipo no perdió un partido hasta que el Barça fue campeón, acabando con 14 años de sequía, aquellos 14 años de pasar hambre que cantaba La Trinca”–. En su discurso, el exmandatario valoró que regresase como entrenador para “volver a conducirnos a la felicidad con la primera Copa de Europa en 1992” y crear escuela. “Basándose en ese estilo de juego seguimos ganando”. Aunque no perdió la ocasión de recordar que “ejerció de forma efímera como presidente de honor del club por causas ajenas a su voluntad”.
Para concluir el abrazo colectivo a la figura, Ada Colau también realzó el trabajo de la Fundación Cruyff. “Fue un entusiasta del deporte de base en barrios y escuelas como herramienta de inclusión muy poderosa”. Por eso, la alcaldesa deseó que “los valores universales que nos transmitió Cruyff perduren en la ciudad y que su recuerdo nos inspire a ser mejores”.