El recuerdo de la infamia
Los populares consideran que incluir víctimas de abusos policiales lo desnaturaliza
El Partido Popular es la única formación política del Parlamento vasco que no asiste al acto institucional para celebrar el día de la Memoria.
El Partido Popular fue el único partido del Parlamento vasco que no asistió ayer por la mañana al acto institucional para celebrar el día de la Memoria. Los populares se desmarcaron del homenaje porque consideran que estaba pensado para hacer sentir “cómodos a los que no han condenado nunca” los atentados de ETA, en referencia a la izquierda abertzale. En el trasfondo de la polémica está la decisión de la cámara de recordar no sólo a las víctimas del terrorismo –incluidas las del GAL–, sino también a las de los llamados abusos policiales.
La formación que dirige el exministro de Sanidad Alfonso Alonso optó por organizar su propia ofrenda floral una hora después de que lo hiciera el conjunto de los diputados con su presidenta al frente, la nacionalista Bakartxo Tejeria, y la presencia de representantes de EH Bildu. Alonso recordó que el día de la Memoria se conmemora precisamente el 10 de noviembre porque es el único día del calendario en que no se ha producido ningún asesinato por parte de la organización terrorista.
Desde su punto de vista, cuando el resto de fuerzas amplían el foco buscan “vaciar de significado político” a las víctimas de ETA y, en consecuencia, difuminar las motivaciones “ideológicas” por las cuales perdieron la vida o fueron heridas. Los populares –el último grupo parlamentario de la cámara autonómica– discrepan de las políticas de paz y convivencia que ha desplegado en la anterior legislatura el gobierno de Iñigo Urkullu, ahora en funciones, y ponen el acento en la necesidad de construir un relato del pasado que no diluya las responsabilidades.
La ausencia del partido de Mariano Rajoy en el principal acto de la jornada no se repitió en dos de los grandes ayuntamientos, el de Bilbao y el de San Sebastián. En estas ciudades el PP asistió a las ofrendas florales y a los minutos de silencio convocados porque no se leía el manifiesto propuesto por Eudel, la asociación de municipios vascos, con el cual los populares discrepaban.
En la capital vizcaína participaron familiares de personas que han sufrido violencias diversas. Estuvo, entre otros, Rosa Rodero, esposa de un ertzaina militante del PNV asesinado por ETA, y los padres de Iñigo Cabacas, un joven aficionado del Athletic que murió por el impacto de una pelota de goma de la policía autonómica. La inclusión de casos como este último en el homenaje de ayer es lo que no compartían los populares. El presidente del Gobierno compartió a través de las redes sociales “el recuerdo y afecto a las víctimas del terrorismo y a sus familiares”.
Los socialistas, en cambio, estuvieron presentes en los actos de ayer y, de hecho, recordaron que fue el gobierno de Patxi López, en el año 2010, quien instauró esta conmemoración. Desde esta legitimidad, su secretaria general, Idoia Mendia, criticó tanto a los que entonces desconfiaron de la iniciativa y no han sido capaces de admitir que “matar estuvo siempre mal” como a los que ayer se ausentaron. Al PP, que con sus votos facilitó un gobierno del PSE, le reprochó que ahora busque “marcar una distancia” que los socialistas, afirma, “no querrán nunca”.
La sintonía entre las dos formaciones –que tienen el mismo número de diputados, nueve– no es ni mucho menos la que tenían en el pasado. De hecho, estos días el PSE está en negociaciones con los nacionalistas para intentar llegar a un acuerdo de legislatura, sin descartar incluso la posibilidad de un gobierno de coalición. Ayer el Parlamento fijó para el 23 y 24 de este mes el debate de investidura de Urkullu, que por la tarde presidió el otro gran acto del día de la Memoria. Aunque socialistas y PNV lleguen a un pacto que dé estabilidad al futuro ejecutivo, les hará falta siempre el aval de un tercer grupo parlamentario para sumar un voto más que el conjunto de la oposición. En esta geometría variable, paradójicamente, el grupo que preside Alfonso Alonso puede acabar jugando un papel de bisagra relevante, a pesar de las diferencias de fondo que se evidencian ahora.
El PP, a pesar de estas diferencias, puede ser pieza clave en un futuro acuerdo de gobierno entre PNV y PSE