Bienvenido a Oriente Medio
La incoherencia de Trump anima a Rusia y preocupa a los saudíes
Donald Trump no solo era el candidato favorito de Beniamin Netanyahu y Vladímir Putin. También lo era, sin duda, del califa Abu Bakr al Bagdadi: su retórica antimusulmana ha sido música para los yihadistas, al tiempo que motivo de enojo para los aliados árabes de Estados Unidos.
El rey Salman de Arabia Saudí llamó por teléfono a Trump para recordarle “la larga relación de amistad” entre Riad y Washington, que por cierto llegó a su punto más bajo durante el segundo mandato de Obama. No es extraño que los saudíes estén preocupados. El triunfo del hooligan pone de los nervios a buena parte del mundo musulmán, mientras que otra especula, no sin cierto grado de esperanza, con que haya sido sincero (?) al afirmar una apuesta aislacionista.
A Trump sus asesores le dejaron rienda suelta durante la campaña para hacer declaraciones inconexas, contradictorias, sobre Oriente Medio. Un repaso a la región permite hacerse una idea de a lo que se enfrentará, quiera o no...
En Egipto, el mariscal presidente Abdul Fatah al Sisi fue, al parecer, el primero en felicitar al ganador. Los militares egipcios son tan deudores de los dólares como los saudíes, pero ahora lo son también de las armas rusas. Y mientras en Libia EE.UU. encabeza la lucha contra el Estado Islámico y respalda al apenas funcional gobierno de unidad de Trípoli, Egipto apoya al general rebelde Jalifa Hafter, quien según todos los indicios actúa en connivencia con intereses rusos.
En Siria, Trump parece más proclive a dejar hacer a Rusia en su defensa del régimen frente a las milicias armadas por Arabia Saudí, Qatar y Estados Unidos… Según ha dicho a la National Public Radio estadounidense Buthaina Shaaban, la conocida asesora de El Asad, el presidente sirio está “dispuesto” a colaborar con Trump. El hecho de que tropas iraníes y del Hizbulah lleven el peso de una guerra por la cual Teherán espera sus réditos, ¿preocupa al nuevo presidente?
Por lo poco que se intuye todavía, Trump podría (solo podría) cambiar en efecto de tercio respecto a Siria –siguiendo un camino que ya ha dejado entreabierto Obama–, y también respecto a Yemen, la gran guerra olvidada.
En Yemen, las cosas pueden torcerse para Arabia Saudí, que lleva a cabo una campaña militar que amenaza con destruir el país. Ante el fracaso de la diplomacia para llegar a un acuerdo entre los saudíes y los rebeldes hutíes, se ha especulado con que EE.UU. no pondría obstáculos a que Rusia intervenga, desbloqueando así un largo impasse en el Consejo de Seguridad de la ONU. El ex presidente Saleh, aliado de conveniencia de los hutíes, lo ha pedido a Moscú. Si a Trump no le importa, Yemen será otra baza para
El general Michael Flynn, que advirtió en vano del apoyo al yihadismo en Siria, es candidato al Pentágono
Rusia. Y, por supuesto, en el caso de Palestina un posicionamiento extremo hacia Israel sería otro golpe para Arabia Saudí, ahora que recompone lazos con los israelíes.
La respuesta al galimatías de Oriente Medio dependerá de la gente de que se rodee Trump. O buenos conocedores o individuos como los que asesoraron a George W. Bush, los Cheney, Rumsfeld, Volfowitz, Rice... que incendiaron la región al invadir Irak. Estos personajes se escudaban en conceptos ideológicos; Trump en cambio parece más bien un pragmático.
Respecto a Irak, ha cometido un primer error. El Pentágono ha orquestado la batalla contra el Estado Islámico en Mosul, pero Trump – molesto porque la ofensiva se lanzara en vísperas de las elecciones, a beneficio de la Administración Obama y la candidatura demócrata– ofendió a sus militares llamándoles “perdedores” de buen principio. Ahora deberá curar esa herida. En las quinielas, un nombre emerge para el Pentágono: el general Michael Flynn, exjefe de la inteligencia militar, que entre el 2012 y el 2014 no se cansó de insistir, en vano, en que los yihadistas se habían apoderado de la oposición en Siria y se les estaba armando con la mayor inconsciencia. Por algo Trump acusaba a Obama y a Clinton de ser los creadores del Estado Islámico..., que también es una teoría rusa.