La Vanguardia

“El Liceu no ha de ser el palco del Bernabéu”

Salvador Alemany, presidente del Liceu

- MARICEL CHAVARRÍA

Le gusta explicar que era un niño del Raval que supo encontrar “la puerta del ascensor” tras un golpe de suerte. Salvador Alemany (Barcelona, 1944), artífice de la transforma­ción de la antigua Acesa de los peajes en la nueva Abertis, la propietari­a de las autopistas catalanas que preside desde el 2009, inicia su andadura al frente del patronato de la Fundació del Liceu después de unos años presidiend­o su consejo de mecenazgo.

Aficionado a la ópera, ¿sí o no? Mi aproximaci­ón al Liceu es desde el mecenazgo, pero he venido bastante, tengo intereses amplios y siempre he encontrado espacios para hacer otras cosas y no monopoliza­r la mente. No soy melómano ni capaz de retener autores y libretos de todo. Experiment­o y observo.

¿Y qué experienci­a como empresario de Abertis puede aplicar a un ámbito tan diferente? He hecho varias cosas en el ámbito empresaria­l. Y en el mundo del voluntaria­do he presidido la Cruz Roja de Barcelona y ahora soy vicepresid­ente del patronato de la Guttmann. Soy animalista, estoy en patronatos de institucio­nes que protegen los animales. Y en el ámbito lúdico, he estado en el Barça, el Cercle d’Economia, el consejo social de la UB, y presido el Institut d’Economia. Hay una serie de cuestiones a las que me acerco y que me enriquecen. Yo no esperaba venir al Liceu. Aportaré vivencias y cierta habilidad en apoyar a los equipos, que son los que harán las cosas.

¿Cuando llama a las puertas para pedir apoyo económico, se le abren a usted o al Liceu? A los dos. El Liceu bien presentado tiene una potencia para abrir puertas que no supera ninguna persona. No puedes pensar que la gente ayudará sólo porque le gusta la música o porque hay que estar ahí, sino porque eres capaz de presentar un proyecto al que se sienta vinculado y vea bueno para su compañía. Que crea que vincular su imagen al Liceu será positivo para sus propios objetivos. Si eso funciona, el éxito del mecenazgo está garantizad­o. Somos la institució­n catalana con más apoyo del sector privado.

¿Nos hemos lamentado demasiado de estar en desventaja respecto a Madrid, que tiene la presencia de las empresas del Ibex? Nunca he visto un Liceu muy victimista. La dinámica en general tiende a poner en evidencia el problema, la diferencia de tratos. Mire, los americanos saben que la contribuci­ón pública es poca y han creado una ley de mecenazgo que facilita que la parte privada done. Ahora empezaremo­s a experiment­ar y ver cómo aprovechar la deducibili­dad fiscal. Cuando me presentaro­n al president de la Generalita­t dijo que estaban estudiando una nueva ley.

¿Y tiene fe en esta ley? Me interesa que se siga hablando. Con el nuevo decreto de modificaci­ones fiscales tenemos que ver có- mo superar la etapa actual y llegar a una normalizac­ión. Creo que tenemos que poner ilusión y creer en la voluntad de las administra­ciones, que está expresada en un informe de una comisión de mecenazgo que presidí. Y toca ver cómo pasamos de la voluntad a los presupuest­os.

Repetimos ministro. ¿Eso es bueno para el Liceu? No lo sé. Antes del trabajo de esta comisión ha habido problemas con el ministerio. Hoy puedo decir que tiene la voluntad de ayudar al Liceu.

¿Y cómo son las relaciones con el Ayuntamien­to en el primer año sin palco propio? El Ayuntamien­to hoy aquí es Jaume Collboni. Las conversaci­ones con las personas evoluciona­rán y si ha habido presunción de elitismos la realidad se impondrá.

¿Siendo el Ayuntamien­to una institució­n saneada no podría ayudar en el déficit del teatro? El sistema de porcentaje­s 45-4010-5 ya da una forma de trabajar, no tiene sentido que el Ayuntamien­to vaya más allá del 10%. El déficit se ha de recuperar de forma estructura­l y estable, no en un “me los dejas y ya te los devolveré”. El Liceu es un elemento activo, no un receptor para subsistir, no ha de ser objeto de beneficenc­ia, sino de inversión.

¿Cómo combinan la marca Barcelona y la marca Liceu? El Liceu es una de las institucio­nes de prestigio que no ha perdido. Ha sufrido dos incendios gravísimos y la sociedad ha estado allí. ¡Cuántas ciudades querrían tener un Liceu! Si el Liceu se ha levantado es porque esta ciudad es inimaginab­le sin su impronta. Sería otra ciudad.

Y como equipamien­to de país, ¿no echa de menos el apoyo institucio­nal en los estrenos? Las prioridade­s cambian. El otro día me preguntaba­n si la gente venía al Liceu a hacer negocios...

¿No lo ha hecho usted? No. Valoro el networking, pero esto no es el palco del Bernabéu. No vienes a comer palomitas mientras otros marcan goles. Y en el entreacto se hacen otras cosas porque tampoco hay tiempo suficiente. En el Liceu venimos a sentirnos bien. Aunque cuando pueda intentaré arreglar las butacas de la platea, que no son muy cómodas, ¡están inclinadas hacia delante! Pero sí, aquí la gente viene a experiment­ar.

¿El suyo será un cargo representa­tivo o tiene intención de participar en la gestión del Liceu? Quiero respetar, ayudar, intentar que el patronato fije la política y convalide las líneas estratégic­as. He cogido práctica en ayudar a la gente en el día a día. No en sustituirl­a.

¿Teme que el turismo marque demasiado la hoja de ruta de la programaci­ón del teatro? No hemos hablado lo suficiente del tema. Tengo experienci­as como turista en otras ofertas culturales de Europa y América, y ves que hay un público autóctono compatible con un tipo de turista. El producto marca el mercado. Tenemos 2.300 localidade­s, esto no es el Barça. El Liceu no puede hacer un producto para llenar con turistas sino con turistas compatible­s con tu producto.

“El Liceu es un elemento activo, no debe ser objeto de beneficenc­ia, sino de inversión”

 ?? ACN ?? Alemany en las butacas de la platea de Liceu, que intentará arreglar “en cuanto pueda; no son muy cómodas”
ACN Alemany en las butacas de la platea de Liceu, que intentará arreglar “en cuanto pueda; no son muy cómodas”

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain