Emoción con alegría
El Barça aseguró la victoria a pesar de que Perperoglou no jugó en la segunda parte
Después de la tensión vivida ante el Real Madrid, que visitará el Palau Blaugrana la próxima semana otra vez en esta ocasión en partido de la octava jornada de la Euroliga, para el Barça la trampa residía en la relajación, en el control de las emociones ante uno de los adversarios más débiles del torneo. Esta situación quedó muy clara durante la primera parte, que los blaugrana dominaron de principio a fin –el 33-35 fue la única ventaja visitante–, pero siempre sin dar la sensación de controlar un partido sin ritmo, sin tensión. Un escenario que beneficiaba claramente al conjunto de Jasikevicius, que perseguía un marcador bajo para pescar algo en el cara y cruz de los minutos finales. Pero el Barça se entonó un poco en la reanudación pese a que hubo demasiados puntos (56-51), un desenlace que beneficiaba sin duda a los locales. El 4-2 de la clasificación deja a los azulgrana en una buena situación a la espera de una semana complicada con la visita al Olympiacos y la mencionada presencia del Real Madrid en el Palau, sabiendo que los blancos nada tendrán que ver con el equipo que se paseó por la pista el pasado domingo.
La presencia de Holmes, el nuevo fichaje del Barça a la espera de recuperar a los lesionados, fue testimonial, lo que es absolutamente lógico en un jugador que apenas se ha entrenado con sus nuevos compañeros. Estuvo 12m40s en la pista con una estadística discreta (4p, 2 r y 1 a), pero ayudó al equipo, que es lo importante en este momento de la temporada en el que la enfermería está llena. Ayer mismo, un golpe en la cadera dejó fuera de combate a Perperoglou, que ya no jugó en la segunda parte.
“Cada victoria es muy valiosa y esta ha sido complicada por el desgaste de los partidos ante el Maccabi y el Real Madrid”, reconoció Bartzokas, muy satisfecho con el rendimiento de sus jugadores, que encadenan seis triunfos seguidos pese a las bajas. Hasta que Rice (20 p y 10 faltas recibidas) no se entonó –y le costó–, el
Barça no pudo distanciarse de un Zalgiris que tuvo en Motum una pieza letal con sus 26 puntos (7/7 canastas y 4/5 triples). Cada vez que los blaugrana lograban pequeñas rentas (65-56, esta después de un parcial de 17-4, o 7868) aparecía el australiano para reducirlas sensiblemente.
Pero los azulgrana, pese a su irregularidad, siempre tuvieron recursos porque cinco de sus jugadores alcanzaron los diez puntos. Rice, con 11 puntos en el último cuarto, fue el máximo anotador local (20), bien acompañado por Koponen (16), Vezenkov (12), Eriksson (11, con 3/5 triples) y Tomic (11 py 6 r). Oleson, inteligente, ayudó con 6 asistencias