Las pymes ante el proteccionismo
Las empresas españolas han aumentado su presencia internacional de forma importante en los últimos años. ¿Qué efecto puede tener la victoria de Donald Trump en el comercio global y cómo les afectará?
Una consecuencia inmediata es que el dólar va a tener movimientos significativos frente a otras divisas. Esto añade riesgo tanto a la pyme exportadora como a la importadora: si tiene que pagar o cobrar en dólares dentro de seis meses, esa cantidad puede fluctuar mucho y acabar incluso perdiendo dinero si su margen comercial es pequeño. Por tanto, nuestro consejo es utilizar instrumentos de cobertura para reducir el riesgo a la exposición a tipos de cambio.
Una incertidumbre a medio y largo plazo es una hipotética vuelta al proteccionismo. Trump ha afirmado que lo va a utilizar como instrumento para recuperar los empleos americanos que se han perdido al ser deslocalizados. ¿Populismo o realidad?
Tratados con negociaciones en curso, como el TTP o el TTIP pueden no llegar a aplicarse a corto plazo. Pero difícilmente puede el presidente de Estados Unidos, de forma unilateral, cancelar los tratados de libre comercio ya existentes y que han favorecido inversiones multimillonarias de empresas americanas en otros países. Éstas defenderían sus intereses en los propios tribunales americanos con altas probabilidades de ganar.
Además, que las barreras proteccionistas acaban teniendo un efecto negativo a medio y largo plazo es algo demostrado no sólo por la teoría económica, sino por la práctica de muchos años. O bien los productos de las empresas de fuera son más caros en EEUU porque les aplican aranceles, o bien porque se fabrican en el país con mano de obra más cara. En cualquier caso, el consumidor americano sale perdiendo, lo que acaba afectando a la economía. Y si optan por fabricar en Estados Unidos, la competencia podrá ofrecer productos a un mejor precio y ganarles cuota de mercado.
Si, a pesar de todo, la tendencia proteccionista se impone a corto plazo, vemos aún oportunidades para las empresas españolas. Las pymes exportadoras pueden orientar también su negocio a terceros países que entren en una “guerra comercial”. Si China y EE.UU. aumentan los aranceles de sus intercambios, otras empresas pueden cubrir el espacio de venta de alta tecnología, vehículos o componentes a China que dejen las empresas americanas. Si son realmente competitivas, acabarán ganando cuota de mercado incluso en países que se hayan protegido con aranceles, dado que éstos no son sostenibles en el tiempo. Como en tantas ocasiones, una potencial amenaza siempre esconde una oportunidad. Los ineficientes tendrán dificultades y aquéllos que tienen una ventaja competitiva podrán explotarla.
Siempre hay una oportunidad en toda amenaza. El proteccionismo no es una excepción a la regla