Pan con alma e I+D
Europastry invierte 3 millones en un laboratorio mundial en Sant Joan Despí
“El pan tiene alma, corazón y piel”, dice Jordi Caballero, director de I+D de pan del grupo Europastry, que es el quinto fabricante de masas congeladas (pan y bollería) del mundo, con fábricas en España, Holanda, Estados Unidos y Turquía. Pero la obsesión de Europastry es demostrar que la cantidad no está reñida con la calidad: que se puede hacer pan artesano –con alma, corazón y piel– en una gran empresa y con volúmenes industriales. Para ello han puesto en marcha un centro de I+D en Sant Joan Despí, denominado Cereal, acrónimo de Center for Research Europastry Advanced Lab, donde elaborará todos los nuevos desarrollos de pan y de bollería.
El centro, en el que Europastry ha invertido 3 millones de euros, está ubicado en la nave que fue la primera fábrica del grupo, entonces Fripan. Posteriormente se reconvirtió en un obrador artesano donde se elaboraba el pan y la bollería para la cadena L’Obrador (Europastry desarrolló el negocio de las panaderías y degustación con las marcas Molí Vell, L’Obrador y Santa Glòria, una división que vendió en 2015 al fondo Nazca). Sobre esa infraestructura de obrador artesano, Europastry ha construido ahora el centro Cereal.
“Aquí desarrollamos productos personalizados a medida de los clientes y probamos las últimas tendencias. Elaboramos series cortas, para que cuando el producto crezca, pueda llevarse a grandes producciones”, explica Joan Quílez, director de tecnología de Europastry. Caballero añade que “en Sant Joan Despí cada semana elaboramos 20 o 30 productos diferentes, en turnos de 24 horas. Ahora preparamos un nuevo pan de hamburguesa, libre de conservantes y elaborado con masa madre con cervezas, que triunfa en Estados Unidos. O pan con chocolate y naranja, o de nueces y pasas. O unas nuevas cookies”. Son productos que Europastry no vende con marca propia, sino a través de hornos, distribución y hostelería.
Esta apuesta por el centro de I+D, de 3.500 m2 y donde trabajan unas 130 personas, forma parte del plan de inversiones de Europastry, situado en unos 50 millones de euros anuales. Europastry, que tiene la sede en Rubí, es propiedad de la familia fundadora Gallés. En 2015 facturó 521 millones, un 22% más que en el año anterior. Esta cifra la aportan, a partes similares, masas de pan y bollería. Las ventas al exterior aportan prácticamente un tercio del negocio, y la mayoría son de bollería, que vende en 50 países, con las consiguientes adaptaciones a sabores locales. Ahora están entrando en China, explican.
La expansión internacional se ha acelerado en los cuatro últimos años con la puesta en marcha de una planta propia en Holanda (especializada en dots, es decir, donuts), una planta en Turquía con un socio local, y la compra de Wenner, con tres plantas de pan en EE.UU..
Entre los planes de futuro, Europastry contempla fabricar dots en Estados Unidos (ahora exporta allá 20 millones de rosquillas al año). Y en Sant Joan Despí, ya en el 2017, prevé ampliar la planta para la elaboración de nuevos conceptos étnicos: tortitas de trigo y de maíz, y bases de pizza.
El grupo de la familia Gallés, quinto fabricante mundial de masas congeladas, crece un 22% y factura 521 millones