Relevo del fiscal general en pleno conflicto catalán
José Manuel Maza, recién propuesto, se muestra prudente sobre las acusaciones a cargos soberanistas
El nuevo Gobierno sorprendió ayer con un relevo inesperado al frente de la Fiscalía General del Estado: Consuelo Madrigal es sustituida por José Manuel Maza, un juez liberalconservador considerado más dialogante que su antecesora.
JOSÉ MARÍA BRUNET
El Gobierno ha elegido a un penalista con relaciones familiares en Catalunya para el cargo de fiscal general del Estado. Se trata de José Manuel Maza Martín, nacido en Madrid y de 65 años, actualmente miembro de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS).
Esta instancia judicial es la encargada de los asuntos que afectan a los aforados, aparte de la resolución de los recursos de casación contra las sentencias que se dictan por los tribunales ordinarios de toda España. Dicha sala, por tanto es la que va a instruir y a fallar, por ejemplo, sobre la querella presentada contra el portavoz del PDECat, Francesc Homs, por su participación en la convocatoria y realización de la consulta del 9-N.
Antes de ser nombrado fiscal general, la propuesta en favor de Maza deberá ir seguida ahora de un informe de idoneidad por parte del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y una comparecencia en el Congreso, donde los grupos le formularán preguntas y valorarán sus méritos. Su elección no supone un cambio de estrategia en la conducción de la Fiscalía. Sustituirá en el cargo a Consuelo Madrigal, especialista en la jurisdicción de menores, que ha conducido la Fiscalía General en los dos últimos años, desde la dimisión de Eduardo Torres-Dulce tras sus tensiones con el Gobierno por los desacuerdos con los fiscales de Catalunya sobre la querella del 9-N. El Gobierno tiene buena opinión del mandato de Madrigal, pero ha considerado más conveniente que sea un especialista en penal quien tome las riendas, ante las reformas de esta jurisdicción que habría que llevar a cabo en esta legislatura, sobre todo la relativa al pase de la labor de instrucción a los fiscales.
En la conducción de los asuntos ya iniciados, por tanto, no habrá cambios sustanciales. Cada persona tiene su estilo, pero las distintas ediciones del Código Penal contienen el mismo número de artículos, con idéntica redacción. Respecto de Catalunya y las querellas presentadas en relación con el 9-N y el proceso soberanista, los diferentes procedimientos judiciales están en marcha y la Fiscalía va a mantener, con toda seguridad, las acusaciones formuladas.
Maza es un jurista riguroso –algunos de sus compañeros afirman que su apellido lo dice todo–, pero el hecho es que no se le nombra para incrementar la presión sobre el soberanismo. En las instituciones del Estado se considera que con la que hay, con la ley en la mano, es suficiente y que, a la vez, se está administrando
La elección de Maza no implicará un cambio de estrategia en los procesos abiertos por el 9-N
con prudencia.
La clave de la propuesta en favor de Maza, por tanto, reside en su trayectoria. Lleva 41 años aplicando el derecho penal, desde los juzgados de Alcorcón o Cangas del Morrazo (Pontevedra), por los que pasó, hasta el Supremo, al que llegó
en el 2002. En esta instancia, ha ejercido con una independencia de criterio que siempre se ha destacado. La empleó, por ejemplo, para oponerse a la doctrina Botín, de la que se benefició el expresidente del Banco de Santander, Emilio Botín, para no ser llevado a juicio. Luego, fue el único de los magistrados del caso que votó en contra de absolver al exjuez Garzón por asumir competencias para investigar los crímenes del franquismo.
Fuentes del propio Supremo describen al futuro fiscal general del Estado como un magistrado liberalconservador, que sostiene en las deliberaciones sus criterios con cierta vehemencia, pero que sabe dialogar y llegar a acuerdos. Uno de los juristas consultados le definía ayer como “el fiscal general idóneo para una etapa de diálogo”.
La esposa de Juan Manuel Maza es la empresaria barcelonesa Marta Raspall Muntañola. Él tiene un hijo y ella dos, de anteriores matrimonios. Maza trabaja estos días en una tesis doctoral sobre la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Sus autores favoritos, Paul Auster y Roberto Bolaño.