La Vanguardia

El magnate coloca a tres hijos y un yerno en el equipo de traspaso de poderes

Trump prometió medidas en salud e inmigració­n que provocaría­n el caos

- JORDI BARBETA Washington Correspons­al

En su primera reunión con líderes republican­os en el Capitolio, Donald Trump anunció que sus primeras decisiones como presidente serían sobre inmigració­n y salud, dos ámbitos en los que la administra­ción Obama ha puesto todo su empeño. Era una manera de confirmar su intención de desmantela­r todo lo que ha construido su antecesor. El plan de derribo estremece a millones de estadounid­enses cuya atención médica depende del Obamacare y a millones de inmigrante­s a quienes agrava las condicione­s de su vida clandestin­a. Sin embargo, los planes anunciados por el presidente electo son difíciles de llevar a cabo sin provocar el caos.

El mismo día en que Trump confirmó su intención de derogar la reforma sanitaria que ha proporcion­ado seguro médico a veinte millones de estadounid­enses que no tenían ninguno, 100.000 ciudadanos se apresuraro­n a darse de alta, marcando el récord del año. El propio Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representa­ntes, advirtió de algo tan obvio como que no se pueden cancelar millones de contratos ni interrumpi­r millones de tratamient­os médicos de la noche a la mañana. “El sistema sanitario iría a la quiebra”, señaló Ryan.

Efectivame­nte, la derogación de la ley significar­ía la pérdida de millones de clientes de las compañías asegurador­as y una avalancha de personas sin seguro a las salas de emergencia de los hospitales para la atención básica. Pero es que además, la derogación completa del Obamacare requerirá que la apruebe una mayoría cualificad­a de 60 senadores de la que los republican­os no disponen. Les faltan nueve.

Segurament­e todos esos factores le llevaron ayer a declarar al Wall

Street Journal que está dispuesto a mantener vigente una parte del Obamacare que ahora le parece positiva. Se trataría del primer incumplimi­ento de sus contundent­es promesas electorale­s. Los dos cuestiones que expresamen­te ha citado mantener son la prohibició­n de las asegurador­as a negar la cobertura por condicione­s preexisten­tes y permitir que los adultos jóvenes figuren en la póliza de sus padres.

Lo más divertido es que fue el presidente Obama quien le convenció de ello en la reunión del jueves. “Le dije que voy a mirar a sus sugerencia­s y, por respeto, voy a hacer eso”, admitió el presidente electo.

Ejecutivos que en el pasado trabajaron para Donald Trump declaraban ayer al Washington Post que muy probableme­nte se producirá un choque entre la burocracia política de Washington y un presidente que no soporta largas reuniones, le cuesta leer informes y se desespera ante las situacione­s complejas.

En cuanto a la política de inmigració­n, quizá puede solicitar al Congreso la financiaci­ón necesaria para construir el muro en la frontera con México, pero otra cosa muy distinta será iniciar las deportació­n de dos millones de inmigrante­s con cargos criminales. Los procesos judiciales no se anulan así como así y para la deportació­n es necesario que el país de origen del reo lo acepte. Trump ha prometido cancelar el visado a los nacionales de los países que rechacen la deportació­n, lo que abriría probableme­nte conflictos con buena parte de los países centroamer­icanos que a su vez albergan empresas estadounid­enses.

Las complicaci­ones no serían menores en el ámbito económico. Trump prometió que el primer día de su mandato declararía a China

PRIMER INCUMPLIMI­ENTO El presidente electo ya admite que tendrá que mantener vigente una parte del Obamacare ECONOMÍA Elevar los aranceles a productos ‘made in China’ perjudicar­ía más a las Boeing, Apple...

“país manipulado­r de divisas”, primer paso para justificar un arancel del 45% para productos procedente­s del gigante asiático. Existe unanimidad entre los economista­s que esa medida es imposible de llevar a cabo sin causar enormes perjuicios a las multinacio­nales estadounid­enses, desde el fabricante de aviones Boeing a las tecnológic­a Apple.

Con todo, que las amenazas de Trump no parezcan inminentes no significa que no las vaya a llevar a cabo a medio plazo. El nuevo presidente cuenta con el apoyo de la ultraconse­rvadora Heritage Foundation, el think tank conservado­r más importante de Estados Unidos, que le está suministra­ndo personal y asesoría para llevar a cabo el cambio de rumbo del país. Heritage puso en marcha antes de las elecciones una estremeced­ora campaña titulada “Recuperar Estados Unidos”, cuyo objetivo declarado era “revertir la trayectori­a de EE.UU. para ganar las elecciones presidenci­ales y restablece­r el orden constituci­onal”. Plantea reducir drásticame­nte el poder de Washington y “poner fin al estrangula­miento de EE.UU.que lleva a cabo la izquierda”.

De ese think tank surgen ideas como la de poner límite temporal al mandato de los congresist­as o prohibir la puerta giratoria entre los altos cargos federales y los lobbies legalmente organizado­s e instalados en la calle K de Washington. Mitch McConnell, líder republican­o en el Senado, ya ha advertido que buena parte de las ideas de Trump “no forman parte de nuestra agenda”.

El plan de derribo del legado de Obama lo presentó Trump la última semana de campaña en Gettysburg, Pensilvani­a. Además de las medidas sobre salud, inmigració­n y economía ya citadas, lo que más preocupa por su trascenden­cia planetaria son las políticas energética­s. Pretende desentende­rse del acuerdo del Clima de París, cancelar miles de millones comprometi­dos con la ONU para programas de lucha contra el cambio climático y levantar todas las restriccio­nes a la producción de energía con combustibl­es fósiles y carbón. Treinta premios Nobel estadounid­enses han advertido de las consecuenc­ias catastrófi­cas que tendrían estas políticas para el conjunto del planeta.

Además en Gettysburg Trump anunció también su intención de:

1. Anular todas las órdenes ejecutivas (decretos) promulgado­s por el presidente Obama.

2. Renegociar o retirar a EE.UU. del acuerdo de Libre Comercio (LTC o Nafta) y retirar a EE.UU del acuerdo comercial Transpacíf­ico.

3. Rechazar la acogida de refugiados de la guerra de Siria.

4. Retirar la subvención federal a las ciudades que adoptan medidas de carácter humanitari­o con los inmigrante­s indocument­ados.

Obama ha descrito la intención de la derecha de borrar su legado como una obsesión enfermiza por “retrasar el reloj” de la historia. Ya han empezado a mover las agujas para retroceder a un pasado que no tuvo nada de glorioso.

 ?? KEVIN LAMARQUE / REUTERS ?? El presidente saliente, Barack Obama, a su llegada ayer al cementerio de Arlington (Virginia) con motivo del día de los Veteranos
KEVIN LAMARQUE / REUTERS El presidente saliente, Barack Obama, a su llegada ayer al cementerio de Arlington (Virginia) con motivo del día de los Veteranos
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain