El Gobierno turco asesta un nuevo golpe judicial a la prensa laica
Fue nada más llegar al aeropuerto principal de Estambul, el Atatürk, y ser detenido por la policía. Akin Atalay, presidente del consejo editorial del diario Cumhuriyet, fue arrestado ayer por la policía al regresar de Alemania.
Atalay se suma a los nueve periodistas y trabajadores del rotativo de credenciales laicas que se encuentran en prisión preventiva. Están acusados de colaborar con dos organizaciones consideradas terroristas: el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el movimiento liderado por el clérigo musulmán Fethullah Gülen.
Ankara y la gran mayoría de los turcos están convencidos de que Gülen planeó el fallido golpe de Estado del 15 de julio y sus infiltrados en el ejército lo llevaron a cabo. A raíz de las purgas que han tenido lugar después contra supuestos miembros del movimiento Gülen, un total de 127.359 empleados públicos han sido despedidos o suspendidos. Además, unas 37.000 personas han sido encarceladas.
También en el marco de la situación de emergencia declarada por Ankara –que desde el 20 de julio gobierna a través de decretos inmunes al control judicial– 370 asociaciones fueron clausuradas ayer por Interior acusadas de vínculos con organizaciones terroristas. Además, 142 periodistas –143, si Atalay sigue su suerte– y otros empleados en los medios están actualmente tras las rejas en Turquía. Más que en Rusia, China e Irán juntos.
Asimismo, unos 2.500 periodistas han perdido su trabajo desde la asonada, sobre todo porque unos 170 medios de todo tipo –diarios, canales de televisión, radios, páginas web...– han sido clausurados o directamente incautados por el Gobierno que lidera el presidente Recep Tayipp Erdogan.
Precisamente, para que Ankara no se haga ahora también con el control del rotativo Cumhuriyet, políticos, artistas, intelectuales, periodistas y ciudadanos de a pie llevan varios días organizando vigilias día y noche para resistir la posible incautación.
El Cumhuriyet no es, como se ha repetido, el diario más longevo de Turquía –le supera el Aksam, fundado en 1918–, ni tampoco el más influyente de la oposición –lo es el nacionalista-populista y visceralmente anti-Erdogan Sözcü, con sus casi 300.000 ejemplares vendidos por día–. Pero el Cumhuriyet –normalmente 50.000 de tirada, con la ola de solidaridad ahora ha llegado a rozar el doble– sin duda es un rotativo de un enorme peso simbólico puesto que, creado por Atatürk al comienzo de la república (1924), siempre ha defendido y mantenido alta la bandera de la laicidad como ADN de Turquía.