Las primarias regionales robustecen a Iglesias en la pugna interna de Podemos
Las candidaturas errejonistas sufren una derrota severa en Andalucía y Madrid
MADRID Ramón Espinar se impone con el 50,8% de los votos frente al 43,7% de Rita Maestre ANDALUCÍA Teresa Rodríguez, que encarna el alejamiento con el PSOE, logra un 75,6% de los apoyos VISTALEGRE 2 Iglesias afronta la asamblea de la refundación sin apenas oposición interna
Pablo Iglesias salió ayer robustecido de los procesos de primarias regionales en Podemos por los triunfos, sobre todo, de Ramón Espinar y Teresa Rodríguez, en Madrid y Andalucía, respectivamente, de cuyos consejos ciudadanos son nuevos secretarios generales en ambas comunidades. Este éxito despeja incógnitas ante la venidera asamblea estatal, denominada en la organización Vistalegre 2, que se celebrará a principios de 2017 y en la que deberán definirse tanto las líneas políticas como una nueva estructura organizativa de Podemos, y a la que Iglesias llegará ungido de un liderazgo más que sólido.
La batalla de Madrid era la más delicada para el secretario general de Podemos, toda vez que competían por la secretaría general los nombres más claramente identificados con el modelo político pablista y el errejonista dentro la formación –Ramón Espinar y Rita Maestre, respectivamente– y había empezado con un contratiempo no menor para el líder podemista: la integración de la diputada Tania Sánchez, hasta ese instante considerada afín a Iglesias y Espinar, en la candidatura de Rita Maestre. La reacción de Pablo Iglesias a la controversia mediática en torno al piso que Ramón Encinar vendió en 2011 lo vinculó aún más a lo que se dirimía en Madrid: el líder de Podemos decidió interponerse en la trayectoria de la bala, saliendo en defensa pública de Espinar y atando en cierta medida su suerte a la del candidato. Un triunfo de Rita Maestre, en este sentido, habría supuesto un revés para la estrategia política de Iglesias en un momento en el que, por lo demás, el viento político –desde los hechos de Ferraz hasta el fracaso de Hillary Clinton– viene soplando a favor de su idea de mantener una identidad definida como adversario de las políticas liberales articuladas tanto por conservadores como por socialdemócratas. De ahí, también, el activo papel de Juan Carlos Monedero en la campaña a favor de Espinar.
Quizá el signo de esos vientos expliquen que el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, que ya anunció tras el giro del PSOE a la abstención que no disputaría a Iglesias la secretaría general en Vistalegre 2, haya mantenido una actitud mucho más distanciada con el proceso de primarias regionales, en el que el sector identificado con su línea política también ha sido derrotado en otras plazas, de forma muy contundente en Andalucía. Si Espinar lograba un claro 50,8% de los votos frente al 43,7% de Maestre, la secretaria general de Andalucía, Teresa Rodríguez, reafirmaba su incontestable liderazgo con un 75,6% de los sufragios, frente al 11% de Begoña Gutiérrez, candidata errejonista y ac- tual secretaria general de Podemos Sevilla, que se presentó por la plataforma Plaza a Plaza, en la que iba, entre otros, el anterior secretario de organización de Podemos, Sergio Pascual, cuyo cese fulminante por Iglesias, la pasada primavera, provocó el primer momento de discrepancia pública entre éste y su número dos, Íñigo Errejón.
No era cuestión menor la que se dirimía en la pugna andaluza, pues en las semanas posteriores a las elecciones del 2015, el sector más moderado era partidario de dejar gobernar a la socialista Susana Díaz para que no se asociara la negativa de Podemos con un eventual gobierno del PP. Pero se impusieron los afines a Iglesias, quienes desconfiaban de un acercamiento a la presidenta andaluza, a la vista de su actuación en la ruptura con la IU de Antonio Maíllo, hasta entonces su socio de gobierno. Fue una opción de riesgo entonces, rubricada ahora con el apoyo de las bases a Teresa Rodríguez.