La Vanguardia

Formas y políticas

- Fernando Ónega

Cuando el orondo Alfredo Sánchez Bella llegó al Ministerio de Informació­n y Turismo para sustituir a Fraga (octubre de 1969), tuvo unas palabras amables para su antecesor: “Aquí huele a pote gallego”. Cuando Zapatero ganó las elecciones de 2004 e impidió a Rajoy ocupar la Moncloa, uno de los máximos dirigentes del PP puso en duda la legitimida­d de la victoria. Cuando se produce un relevo en el gobierno de España, los nuevos presidente­s suelen ser poco afables con sus antecesore­s. Leopoldo Calvo-Sotelo ridiculizó en un libro la caja fuerte y la ausencia de libros en el despacho de Suárez. Felipe González no tuvo relación conocida con Leopoldo. José María Aznar marcó distancias con Felipe. Rodríguez Zapatero, algo parecido con Aznar. Y Rajoy se hartó de denunciar la herencia de Zapatero. Si se encuentran en un pasillo, se saludan, pero poco más. Por eso no hay noticia de que un presidente se haya reunido con su antecesor para pedirle consejo, ni de que lo haya utilizado para alguna misión de Estado. Y la media docena de ocasiones ¡en 40 años! en que se reunieron todos ha sido para algún posado, para la sucesión del Rey o por algún funeral.

Hago este ejercicio de memoria después de leer lo que se dijeron Obama y Trump tras su encuentro en la Casa Blanca. En primer lugar, tardaron sólo 24 horas en verse. A continuaci­ón aparcaron ante la galería todas sus diferencia­s, Obama invocó el respeto institucio­nal. A la inversa, Donald Trump dijo que era un orgullo hablar con Obama y prometió pedirle consejo cuando él ocupe la presidenci­a. Y lo mismo, en el diálogo a distancia entre Hillary Clinton y Trump, aunque este había amenazado con no aceptar el resultado de las urnas si no ganaba. Clinton no puso en duda las elecciones y mostró la seguridad de que el país iría bien con el republican­o. Al menos saben invocar el interés de la nación por encima de partidos y personas. Saben hablar de unidad por encima de sus discrepanc­ias. ¿Pura representa­ción teatral? Es posible. No: es seguro, porque todavía había sangre en la moqueta de las puñaladas que se habían dado en la campaña. Pero eso es la política: “el arte de la representa­ción”, que dijo Alfonso Guerra.

Ahora se van a pelear, ya lo sé. El cambio que propone Trump tendrá tintes dramáticos, pero supieron salvar el primer momento. Comparemos el comportami­ento de los políticos españoles de cualquier partido: nada que ver. Los americanos nos ganan por goleada, al menos en cortesía. Los españoles no invocaron jamás el interés nacional durante los diez meses de gobierno en funciones. El PP habló de patriotism­o, pero resultó difícil distinguir dónde empezaba y dónde terminaba su interés por mantener el poder. Hubo voces que calificaro­n el gobierno como ilegítimo sólo porque lo permitía la abstención socialista. Y la palabra ilegítimo se acaba de usar en el Parlamento gallego para hablar de Núñez Feijóo, investido por una indiscutib­le mayoría absoluta. Y así nos pasa lo que nos pasa: que cada partido se atrinchera en sus posiciones y salimos de cada elección dispuestos a prolongar la campaña cuatro años más.

Junqueras. Personalid­ades relevantes en la vida catalana coinciden en un diagnóstic­o: Esquerra (ERC) no sólo gana en votos, sino que se está convirtien­do en el partido central de Catalunya. Enhorabuen­a, Oriol Junqueras. Qué pena, president Carles Puigdemont. Cuántos errores, president Artur Mas.

Maza. ¿Cambia la posición de la Fiscalía del Estado sobre Catalunya por cambiar de titular? Lo dudo. Por ideología, De la Maza es tan conservado­r como Madrigal. Por razones legales, un magistrado del Supremo no cederá ante el incumplimi­ento de la ley. Y el designador sigue siendo Rajoy.

Brexit. Cuando se culmine el Brexit, ¿qué será de los funcionari­os británicos en Bruselas? La mayoría son excelentes, me dicen, y cientos de ellos han solicitado la nacionalid­ad española para seguir. Pero nuestra burocracia, reacia a la innovación, no concedió ninguna. Los empresario­s lo lamentan: “Somos una catástrofe como lobby en Bruselas”.

Impuestos. Noticia publicada: “España, tercer país de Europa que menos IVA recauda”. ¿Y somos la cuarta economía europea? Algo falla, querido señor Montoro. Y no sea que el Gobierno se aplique en los recortes y el IVA se escape por las rendijas del fraude.

Cospedal. Como es ministra de Defensa y secretaria general del PP tiene que disponerse a un chascarril­lo que ya sufrió Álvarez-Cascos con menos motivos: ya la llaman “la general secretaria”.

 ?? WIN MCNAMEE / AFP ?? Trump y Obama, en la Casa Blanca
WIN MCNAMEE / AFP Trump y Obama, en la Casa Blanca
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain