Diálogos asíncronos
El emisor se siente más protegido hablando sin exponerse a las respuestas en vivo y pensando cada intervención en diferido
Un nuevo diálogo en el que los interlocutores, dos o más si la comunicación es grupal, no se ven y tampoco hablan en tiempo real, en vivo. Sí utilizan su voz para conversar, en un curioso intercambio de mensajes en diferido que a veces se responden casi al instante y en otras se dejan madurar. Como advierte Sherry Turkle en Alone together estas nuevas formas de comunicarse a través de los mensajes podrían acabar reinventando la conversación; al menos tal y como la habíamos entendido hasta ahora.
“Los mensajes de voz permiten controlar muy bien la comunicación y el mensaje, no te cogen fuera de juego. Y los jóvenes prefieren este control porque algunos explican que no se sienten preparados para una comunicación síncrona, que necesitan más tiempo para prepararse las respuestas”, explica el profesor Manuel Armayones
Se trata de una nueva forma de conversar, con nuevos códigos y matices
(UOC). “Es más fácil decir algunas cosas si no te escuchan en tiempo real: te escondes gracias a la asincronía. Encapsulamos la oralidad, nos sentimos más seguros y preparados, como cuando antes escribíamos una carta”, destaca la antropóloga Trina Milan. “Tenemos miedo a la inmediatez de la respuesta”, añade Armayones.
No existen dos voces iguales, por lo que el mensaje de voz es mucho más personal que un texto y más rico. “Estamos aprendiendo a utilizar mejor nuestra imagen y creo que sucederá algo parecido con nuestra voz, le daremos más importancia”, destaca Sílvia Martínez (UOC). “Escribir un mensaje es más frío, pero la telefonía directa es más cálida que una nota de voz”, reflexiona Héctor Moreno, jefe de área en Investigación Aplicada del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Si la imagen preocupa a los jóvenes también les incomoda quedar fuera de juego en una
“Los mensajes de voz permiten controlar muy bien la comunicación, no te cogen fuera de juego”
conversación. “Dada la importancia de la imagen que se proyecta hacia afuera, especialmente cuando uno es joven, la necesidad de controlar el mensaje hace que sea más cómodo dosificar lo que se dice con notas de audio”, dice Armayones.
Las reglas también han cambiado en el nuevo canal de comunicación. “La mayoría de jóvenes no contesta las llamadas, si te quieres comunicar con ellos les tienes que enviar un mensaje asíncrono, es un fenómeno que tiene mucho que ver con la tipología de estos chicos y chicas, su forma de comunicarse. No han vivido el teléfono de casa, no ven las llamadas tan necesarias o importantes como nuestra generación”, argumenta Camacho. “Podría ser que dejásemos de hablar on time; ahora le damos valor a vernos, cara a cara, en un futuro quizás daremos valor a mantener una conversación en directo”, plantea Milan.
Los mensajes son más meditados pero en muchas ocasiones también más atrevidos. “La comunicación asíncrona es más espontánea, parece que puedes decir cosas que no dirías en un texto más reposado, donde leemos y releemos, o cara a cara”, destaca Martínez. “Hay quien dice que los chats son la venganza de los introvertidos”, bromea Armayones.