Ya es Navidad
Si usted no ha notado que ya es Navidad será porque vive atrapado en un mundo paralelo, como Olivia Dunham o Peter Bishop en la serie Fringe. Un día vas a por un litro de leche al supermercado y ¿qué ocurre? Pues que nada está donde antes: ni la leche, ni el aceite, nada... En su lugar, hay un inmenso lineal –bonita y sonora palabra– que ha sido ocupado por una horda bárbara de turrones, mazapanes, trufas de chocolate y mantecados. No hay zambombas, desaparecidas en combate. ¿Qué se habrá hecho de las zambombas? ¿Alguien recuerda haber tocado nunca la zambomba?
No nos habíamos recuperado todavía de la victoria de Donald Trump y ahora esto. La Navidad hiperbólica. A este paso cantaremos villancicos por Halloween. el tió tendrá que ser hospitalizado por incontinencia fecal y la misa del gallo se hará en la séptima planta de El Corte Inglés, en plena semana fantástica. –¿Le apetece un trozo, señora? Una empleada del supermercado te ofrece probar el turrón de su marca blanca. “Sabe como el de Alicante”, asegura. Pones cara de tener pocos amigos. Quieres saber adónde ha ido a parar la leche, y no que te ofrezcan turrón un nueve de noviembre más reseco que la mojama. De hecho, ni siquiera te entusiasma comer turrón el 25 de diciembre. Lo tuyo es (o era) el Toblerone negro, al menos antes de que sus fabricantes lo adelgazaran 10 gramos. Estás por decirle a la de la tienda que el cliente lo que quiere son descuentos en caja, y no que le mareen. Oiga, que en Amazon no se necesita un GPS para llenar el cesto. Te muerdes la lengua: qué culpa tendrá la empleada. Además, en tu barrio tienes un prestigio: eres como el mal jugador de fútbol, que suele meter la pierna, a veces la pata pero siempre va de cara. Así que respondes al ofrecimiento con un amable: –No, gracias. El turrón, por Navidad. Te preguntas quién hará acopio de este dulce a primeros de noviembre, quizá por si llega un tsunami y arrasa con todos los víveres. ¡Pero si tú todavía tienes tabletas del año pasado en la despensa! De mañana no pasa que muelas ese turrón de Jijona que sobró. Lo pondrás de alpiste a las palomas, a ver si matas dos pájaros de un tiro: por un lado, te quitas de encima las sobras; por el otro, erradicas la plaga que se ha instalado en el tejado del edificio y que corroe las baldosas con sus cagadas, perdón purines. Conste que escribes lo de matar en sentido figurado, no sea que se enfaden los de la liga en favor de los derechos no humanos de las aves y te den de verdad las Pascuas.
Un ruego a la señora alcaldesa de Barcelona: Ada, por favor, quítanos esos animales alados de encima. Sugiero que los mismos operarios municipales que llevan ya un par de semanas colgando las luces navideñas en algunos barrios se pasen por casa y ahuyenten a tamañas bestias. En privado, les puedo dar mi dirección. Si vienen rápido, invito a turrón. El jamón, ni tocarlo.
A este paso celebraremos Nochebuena con Halloween y la misa del gallo en la semana fantástica de El Corte Inglés