Barcelona, más ‘smart’ que nunca.
El salón Smart City Expo World Congress reúne a más de 600 ciudades en Fira de Barcelona CAMBIO DE TENDENCIA Las aplicaciones útiles para los ciudadanos toman el relevo a los aparatos llamativos RUMBO REDIRIGIDO Barcelona aumenta su presencia en la feria
El president Puigdemont saluda a un robot en el salón Smart City.
DAVID GUERRERO
L’Hospitalet de Llobregat
Las ciudades se llenaron de sensores por todos lados. Entonces un ciudadano preguntó: ¿para qué todo esto? Y las respuestas eran más técnicas que otra cosa. Por eso, la sexta edición del Smart City Expo World Congress, que se celebra hasta mañana en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona, busca dar sentido a todos los avances tecnológicos presentados durante los últimos años. Ciudad inteligente, sí, pero con un objetivo claro: que sea mejor para los vecinos. Sin ellos, las ciudades son simplemente espacios vacíos y la tecnología pasa a ser inútil.
Más que un viraje, la situación actual es una segunda fase. Con los aparatos desplegados en las calles toca concentrarse en las grandes posibilidades que se abren para potenciar la implicación de los ciudadanos y su participación en los procesos urbanos.
Ese discurso lo expresaban ayer responsables de empresas y administraciones públicas durante la primera jornada de la feria. Y le va como anillo al dedo a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que en su momento receló de todo aquello que estuviese asociado al concepto
smart city. Un año y medio después de asumir la alcaldía, en lugar de perder presencia, Barcelona luce un espacio expositivo incluso más grande que el de los años de gobierno convergente.
Porque ahora ser una smart city quiere decir hacer procesos parti- cipativos que combinan internet con encuentros presenciales como los que realizó el Ayuntamiento de Barcelona para la elaboración del frustrado Plan de Acción Municipal (PAM). O abrir un portal de transparencia en el que se recogen datos públicos puestos a disposición de la ciudadanía. Incluso el discutido modelo de las supermanzanas implantado en el Poblenou también es smart city según el gobierno de BComú.
Barcelona comparte espacio con 600 municipios de todo el mundo en la mayor feria sobre ciudades inteligentes. La capital catalana ocupa un espacio mayor que el de Catalunya o España. Quizá un signo de los tiempos, en este salón el protagonismo lo tienen las metrópolis: Nueva York, Dubai, Kyoto, Amsterdam, Buenos Aires, Singapur... Entre ellas se establecen diferencias. Mientras los estands de ciudades americanas centran gran parte de sus apuestas en el campo de la seguridad, las europeas ponen el foco en los ciudadanos. Desde unos auriculares para invi-
dentes desarrollados por Microsoft que detectan las incidencias de las calles y activan los semáforos a su paso hasta unos parques de U-Smart Toys que incorporan unos robots que juegan al pilla pilla con los niños. El abanico de ingenios es muy amplio y parten tanto de grandes multinacionales como de pequeñas empresas que acaban de nacer.
En la línea del mayor protagonismo ciudadano, son muchas las posibilidades presentadas. Destaca Civiciti, una plataforma independiente que se denomina de “democracia continua” ya que permite la participación ciudadana para debatir todos los temas que se deseen. “La tecnología no es ninguna solución de por sí, las soluciones deben surgir de la participación e implicación de todos”, dice Pablo Sarrias, director general de la compañía. Ideado por Telefónica y el líder mundial de voto por internet, Scytl, el proyecto va dirigido a grandes ayuntamientos y a pequeños y permitiría hacer tanto una consulta sobre la reforma de la Diagonal como una en cuesta sobre la satisfacción con el sistema de recogida de basuras. Todo ello a través de cualquier ordenador o teléfono móvil y con garantías de seguridad.
Pero en el mundo real de las ciudades inteligentes también se puede votar. A la vieja usanza, pulsando un botón. La empresa de gestión de residuos urbanos Ros Roca presenta en la feria un sistema de encuesta de satisfacción que pueden responder los vecinos al bajar la basura. Al lado del contenedor se instala un poste en el que se hacen preguntas sobre la limpieza del espacio o los horarios de recogida. Se puede responder pulsando una cara sonriente o triste. “Es la forma más directa de conocer la opinión de los vecinos y permite a las administraciones fiscalizar mejor a las empresas”, remarca Domènec Casellas, responsable de producto de Ros Roca.
El desarrollo sostenible y las energías renovables también tienen su lugar en el salón. La empresa austriaca Smartflower ha presentado una especie de girasol gigante formado por placas fotovoltaicas que se pliega y se despliega en función de la luz solar y va orientándose automáticamente hacia la fuente de energía. Al novedoso aparato se pueden conectar los vehículos eléctricos como el que utilizó el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para trasladarse ayer hasta el recinto ferial de l’Hospitalet acompañado del presidente de Seat, Luca de Meo. Como aparcar en la zona es prácticamente imposible, lo dejaron durante unos minutos en medio del carril taxi.
Para evitar que se produzca esa situación, en el interior del salón la compañía automovilística presenta un sistema que detecta las plazas de aparcamiento libres e informa al conductor de las más cercanas. El responsable de proyectos de innovación de Seat, Jordi Caus, apunta que “el objetivo es reducir el 30% de vehículos que circulan por la ciudad dando vueltas buscando dónde dejar el coche”, De momento se está haciendo una prueba piloto en el barrio de Les Corts, ya que es donde hay los sensores que lo hacen posible. Aunque la tecnología, repiten una y otra vez en el salón, es sólo una parte de las ciudades inteligentes.
DESDE EL MÓVIL... Civiciti es un sistema de “democracia continua” que permite organizar votaciones por internet ...Y EN LA CALLE Ros Roca propone realizar encuestas de satisfacción en los contenedores de basura