La Vanguardia

La oposición tumba el presupuest­o de Colau entre reproches

La alcaldesa tendrá que someterse a una cuestión de confianza para aprobar las cuentas

- LUIS BENVENUTY

El gobierno de Ada Colau confirmó ayer que no logra entablar un diálogo fructífero con la oposición, que le tumbó los presupuest­os de Barcelona entre reproches y desdenes. Sólo el socialista Jaume Collboni, aliado de los comunes en el Ayuntamien­to, intentó mediar, sin éxito. La alcaldesa se someterá a una cuestión de confianza, fórmula extrema que le permite aprobar las cuentas en minoría ante la imposibili­dad de la oposición de forjar una alternativ­a.

Atención noticia: el gobierno de la alcaldesa Ada Colau y los grupos de la oposición llegaron a un acuerdo. El debate en torno a la aprobación inicial de los presupuest­os municipale­s del año que viene se celebró ayer sin límite de tiempo. Los portavoces de las formacione­s políticas pudieron hablar todo el rato que considerar­on oportuno. Tenían tantas cosas que decirse... Aquello terminó como el rosario de la aurora. “Y después de este debate tan agradable en el que todos hemos hecho tantos amigos pasemos al siguiente punto...”, dijo muy irónica la presidenta de Ciutadans, Carina Mejías, oficiando de presidenta de la comisión de Economía, al término del duro y muy largo intercambi­o de menospreci­os y reproches. En estos momentos la soledad del gobierno de BComú y PSC es más acuciante que nunca.

Todo el mundo sabía ya la oposición tumbaría los presupuest­os de Colau, que abocaría a a la alcaldesa a someterse a una cuestión de confianza para sacar adelante sus cuentas, que aprovechar­ía la oportunida­d para dar un nuevo giro de tuerca y poner aún más de manifiesto la incapacida­d del gobierno para alcanzar acuerdos con quienes no son como ellos. Primero tumbaron su Plan de Acción Municipal (PAM), luego rechazaron sus ordenanzas fiscales y ayer... Al mediodía el segundo teniente de alcalde, Jaume Collboni, trató de marcar perfil propio y de ralentizar esta caída en picado tendiendo la mano a los concejales de CiU y de Ciutadans a fin de llegar a acuerdos. Agregó, en referencia a la CUP y a ERC, que el gobierno no puede depender de grupos minoritari­os radicales ni de otros que supeditan la ciudad a otras cuestiones como los presupuest­os de la Generalita­t. Que el gobierno tiene que ponerse de acuerdo con quienes ya se mostraron dispuestos a hacerlo a fin de poder encarar los grandes retos de Barcelona. Lo que ocurre es que a veces no queda claro si Collboni habla como miembro del gobierno municipal o simplement­e como líder de los socialista­s de Barcelona. De modo que el previsible desarrollo del debate de la tarde ganó de repente muchísimo interés.

Y el primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello lo intentó. A su modo. Pero lo intentó. A pesar de que no dijo en ningún momento si corroborab­a las palabras de Collboni, aunque se lo preguntaro­n de manera directa en numerosas ocasiones, reconoció que el gobierno tiene afinidad por llegar a acuerdos con los grupos de izquierdas, pero que, por el bien de Barcelona, “debemos ser lo menos doctrinari­os posible y abrir

los espacios de dialogo a todo el mundo”. El problema es que luego, todos los grupos de la oposición, CiU, ERC, C’s, PP y la CUP le dijeron una y otra vez, y sin límite de tiempo, que en verdad no quieren hablar con nadie, que si de veras hubieran querido hacerlo no les habrían dado la informació­n con cuentagota­s, que ya están cansados de promesas incumplida­s,

que están empleando la cuestión de confianza como un comodín para poder sacar adelante sus cuentas sin ceder en nada y sin negociar con nadie. Al final las promesas de buenas intencione­s quedaron en un amago. Y ahora todo apunta a que el presupuest­o irá al pleno de finales diciembre. Caso de que no consiga una mayoría simple se someterá

a una cuestión de confianza de la alcaldesa. Ello quiere decir que la oposición dispone de un mes para presentar un candidato a la alcaldía que cuente con el apoyo de la mayoría de concejales, de al menos 21. Si la oposición, tal y como ya se presume, no es capaz de articular una moción de censura los presupuest­os se aprobarán de manera automática.

Todo apunta a que las cuentas se aprobarán a través de una cuestión de confianza a principios del 2017

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