Clamor mundial para que EE.UU. no ignore el cambio climático
Los firmantes de París, dispuestos a aplicar el acuerdo incluso sin EE.UU.
“Histórico”, “irreversible”, “imparable”. Fueron algunos de los adjetivos empleados ayer por el presidente francés, François Hollande, o el secretario general de la ONU, Ban Ki Mun, para defender el acuerdo de París contra el cambio climático, firmado en la capital gala en diciembre del 2015. El pacto tuvo ayer el respaldo de unos 80 jefes de Estado. La presión política para que la futura administración de Donald Trump no abandone el primer pacto mundial contra el calentamiento va en aumento, y empezó ayer a ser casi un clamor en la cumbre de cambio de Marrakech.
Las distintas intervenciones en el plenario (al iniciarse la fase de alto nivel político de la conferencia) sirvieron para lanzar el mensaje de que la lucha contra el calentamiento del planeta va a seguir adelante, al margen de la actitud que pueda adoptar Trump. Esta era la consigna. La comunidad internacional está dispuesta, pues, a continuar la acción para proteger el equilibrio climático, independientemente de la postura de la futura administración norteamericana.
La ONU, China y la UE encabezan esa insistente demanda hacia el presidente electo de Estados Unidos. Se destacan ahora más que nunca las bondades del acuerdo de París, aunque una mayoría de expertos lo consideró, cuando se aprobó, un pacto “histórico pero insuficiente”. La buena noticia es también que se aleja el riesgo inmediato de que se produzca un efecto contagio, es decir, el peligro de que los países menos convencidos tuvieran la tentación de secundar a Trump.
“Estados Unidos, primera potencia económica del mundo, segundo país emisor de gases de efecto invernadero, debe respetar los compromisos que ha adquirido”, lanzó el presidente francés, François Hollande. “No es sólo una cuestión de deber, sino de interés, el de la población estadounidense, el de las empresas norteamericanas que han invertido en la transición ecológica e, incluso, el de las ciudades y estados federados que se han movilizado”, agregó Hollande. “La inacción será desastrosa para el mundo, desesperante para las futuras generaciones y peligrosa para la paz”, añadió antes de evo-
car las migraciones, las hambrunas y los conflictos que engendrará la cadena de desarreglos climáticos. “Lo que antes era impensable se ha convertido en imparable”, dijo Ban Ki Mun, para celebrar que 110 países han ratificado ya el pacto.
El secretario general de la ONU (organizado de la conferencia de Marrakech) expresó su “esperanza” de que el futuro presidente de EE.UU. “escuche y comprenda la gravedad y la urgencia de la acción climática”, dijo antes de manifestarse convencido de que, “como presidente, él escuchará, va a entender esto y modificará su propuesta en la campaña”.
Trump llegó a afirmar que el calentamiento es un “engaño” chino, prometió reactivar el carbón y la extracción de gas y petróleo en el mar, además de amenazar con retirarse del acuerdo de París, tan trabajosamente negociado durante 20 años hasta firmarse en el 2015. “Trump deberá sin duda comprender la realidad de los problemas del mundo, incluido el cambio climático”, añadió. “Creo que como un exitoso hombre de negocios que es, va a entender que las fuerzas del mercado ya están trabajando en este asunto”, agregó Ban Ki Mun.
El jefe del departamento de cambio climático de Estados Unidos, el demócrata Jonathan Pershing, se unió a este coro y declaró el lunes que no actuar contra el cambio climático “no es una opción” y que no hacerlo es “ir contra los mercados”, pues “tendría graves consecuencias económicas”.
“Un líder inteligente no debe resistirse a las tendencias de los mercados ni al progreso de su país”, sentenció Miguel Arias Cañete, comisario de Energía y Acción Cli- mática, antes de destacar que la transición hacia una economía baja en carbono “está en marcha”, como demuestra el récord de inversión en renovables en el 2015, y que se trata de “una revolución global que cambiará la manera de producir energía y de consumir”.
El presidente de China, Xi Jinping, dijo al presidente electo de Estados Unidos que la cooperación es la única elección posible para las relaciones entre las dos grandes potencias económicas del mundo, según ha trascendido de su charla. El rey de Marruecos, Mohamed VI, que presidió la sesión inaugural, no quiso perder el compás. “El compromiso para afrontar la problemática del cambio climático, a través de la aplicación del acuerdo de París, viene a reflejar nuestra voluntad común de reforzar la solidaridad intergeneracional”. Ésta es “una necesidad moral y un deber humano”, que debe basarse “en la convicción del inexorable destino común y la sincera solidaridad entre el Norte y el Sur, con el fin de preservar la dignidad humana”.
La UE y las agencias de la ONU ven imparables los planes de acción climática Hollande dice que EE.UU. debe respetar los compromisos del acuerdo firmados