Absentismo laboral
Leyendo las alarmantes declaraciones del señor Ricardo Alfaro, subdirector general de Asepeyo (“El absentismo laboral se dispara y vuelve a niveles precrisis”, Economía, 14/XI/2016), he tenido una sensación de discordancia entre el relato periodístico y mi experiencia como médico de atención primaria. La sensación personal es que el absentismo, desde el inicio de la crisis, ha sido sustituido por el llamado presentismo (“doctor, deme algo para llegar al fin de semana”). Procesos agudos o recidivas de procesos crónicos, muchos de ellos patologías osteomusculares relacionadas con la actividad laboral, ante los cuales se plantea la alternativa de una baja laboral y es rechazada por el trabajador por motivos económicos e inseguridad laboral especialmente.
Sugiero a los alarmados responsables de las mutuas plantear otras hipótesis que justifiquen el aumento de los episodios de baja por enfermedad común o accidente no laboral. Por ejemplo, el creciente número de trabajadores autónomos que no tienen cobertura mutual para episodios de accidente laboral y su baja se debe cursar como accidente no laboral o los nada infrecuentes episodios en los que procesos relacionados con la actividad laboral son rechazados por las mutuas y que obligan a ser cursados como enfermedad común para justificar legalmente la ausencia del trabajador.
ANTONI AGUSTÍ
Olot