La fiscalía califica de inimputables los niños agresores de Sevilla
La Fiscalía de Menores de Sevilla ha decretado el archivo de la denuncia contra tres niños de ocho, nueve y diez años que supuestamente propinaron una paliza a otro compañero de siete, en el colegio José María del Campo, y que acabó con la víctima en urgencias del hospital Virgen del Rocío debido a los fuertes dolores que padecía tras recibir golpes y patadas por todo el cuerpo.
La Fiscalía ha comprobado que los tres menores implicados en los hechos no alcanzan los catorce años, que es la edad mínima para tener responsabilidad penal, por lo que considera que son “inimputables”. No obstante, hará un seguimiento para garantizar que no se vulneren los derechos del niño agredido. El Defensor del Pueblo y del Menor andaluz, Jesús Maeztu, ha abierto un expediente por propia iniciativa.
Un día después de que la presidenta andaluza, Susana Díaz, reconociera en una entrevista televisiva que “existe un grave problema de violencia en las aulas”, uno de los casos más impactantes que se han producido en la comunidad lleva camino de quedar sin solución. Los menores implicados no serán expulsados del centro, como exigía la madre del niño agredido, Bárbara Martín, pese a que se ha activado el protocolo de actuación de convivencia y contra el acoso escolar, “un procedimiento que es largo y del que ahora estamos en los comienzos”, señala Francisca Aparicio, delegada territorial de la Consejería de Educación. “Son niños menores y cada familia da una versión distinta”, asegura.
Bárbara Martín está dispuesta a denunciar al centro ante la autoridad judicial. Según la madre de la víctima, el niño sufría acoso desde hacía al menos dos años, situación que ella asegura haber denunciado “en una veintena de ocasiones y con testigos” ante la dirección del colegio. Sin embargo, la directora del centro asegura que desde el 2013 no se ha producido ninguna situación ni denuncia de acoso en sus instalaciones.
La madre advierte que el centro “únicamente ha propuesto reunir a los chicos para que se hagan amigos”, una solución que cree absolutamente insuficiente “más cuando existe un parte de lesiones de carácter grave firmado por los doctores que atendieron a mi niño en el hospital”.
La familia de la víctima, que no ha vuelto a clase ante el temor a nuevas agresiones, está considerando la necesidad de cambiar al niño de escuela porque la Delegación de Educación ya les ha comunicado que “no se va a proceder a la expulsión de los tres implicados”, al menos de momento. Bárbara Martín lamenta que tenga que cambiar de centro a su hijo, “mientras que los agresores se van a hacer los amos del colegio. Quieren hacer ver que todo ha sido una disputa entre niños, una riña habitual, y no lo ha sido”.