Celsa repetirá ventas y confía en acercarse al final de las pérdidas
La firma recortó 800 empleos, bajó salarios entre un 5% y un 35% y cerró plantas
La compañía siderúrgica Celsa prevé mantener estables las ventas este año en los 3.600 millones de euros y acercarse al equilibrio en los resultados después de las pérdidas de los últimos años. La empresa controlada por la familia Rubiralta confía en llegar a un acuerdo con la mayoría de los bancos para refinanciar una deuda global de unos 2.700 millones en el primer trimestre del año.
La compañía presentó un plan de reestructuración a la banca en primavera. Posteriormente, la consultora KPMG ha rebajado algunas de las estimaciones que se realizaban en el plan como la previsión de beneficio bruto que se redujo en alrededor de un 20 por ciento.
El primer vencimiento de la deuda es el 31 de diciembre del año próximo y es por un importe de 649 millones de euros. En caso de que no se hiciera efectivo el pago o no se renegociaran los términos de la deuda, los bancos podrían quedarse con las filiales extranjeras. Fuentes bancarias explicaron que algunas de las entidades aceptan el plan siempre con las rebajas de valoración introducidas.
Sólo este año, la compañía habrá pagado unos 216 millones en capital más intereses. A día de hoy, el calendario de repago no es asumible sin un reajuste y por eso se negocia una refinanciación.
Durante los últimos años, la compañía con sede en Castellbisbal ha disminuido su sobrecapacidad de producción en 1,4 millones de toneladas con reducción de turnos en la fábricas, ha recortado 800 empleos, ha rebajado los salarios entre un 5% y un 35% y los ha hecho más variables, ha aumentado la jornada horaria entre 16 y 40 horas, mantienen expedientes de regulación de empleo temporal en sus fábricas del Grupo Norte, ha cerrado el tren de laminación de Arregui y la planta de Illescas y ha mejorado el suministro eléctrico en la fábrica de Barcelona.
Para la planta de Nervacero, la propuesta de la empresa –avalada por KPMG– es mantenerla abierta, por lo que descarta el cierre definitivo que tendría un coste de 71 millones o el cierre temporal que costaría unos 21 millones anuales.
El plan ofrecido por la empresa es que puede reducir su deuda en 841 millones en cinco años y aumentar el beneficio bruto de los 171 del año pasado a 551 en el 2021. Esta última previsión la ha rebajado KPMG en alrededor de un 20%.
Fuentes bancarias creen que de los 2.700 millones de deuda que tiene ahora el grupo hay entre 500 y 900 millones de deuda que a día de hoy no es sostenible.
El año pasado Celsa facturó 3.599 millones, la producción de acero fue de 6.942 toneladas y cuenta con 9.150 empleados.