El Rey llama a los políticos a actuar contra el desencanto
Felipe VI aboga por el cumplimiento de la ley y el diálogo, en referencia a Catalunya
El Monarca abre la 12.ª legislatura pidiendo regeneración y pactos
Subraya el valor del diálogo “dentro de la ley”, en referencia a Catalunya
Podemos, PDECat y PNV no aplaudieron; ERC y Bildu se ausentaron
El rey Felipe VI abrió ayer la duodécima legislatura advirtiendo a diputados y senadores que España corre el riesgo de revivir algo parecido al espíritu sombrío del 98. (La crisis política y emocional que estalló en 1898 tras la pérdida de Cuba y Filipinas, que condujo al país a una larga fase de postración colectiva).
El Rey lo expresó en los siguientes términos: “Podemos optar, como en algunas épocas sombrías de nuestra historia, por el aislamiento, el pesimismo, el espíritu destructivo, la visión negativa de nuestra capacidad o de todo cuanto nos rodea (...) O en cambio podemos optar po lo que sí nos ha hecho grandes como Nación: el espíritu de superación, el ánimo constructivo, la pasión por vivir unida al deseo de progresar; por mirar hacia adelante, seguros de nosotros mismos, con ilusión y esperanza”.
Cuidado con volver al 98. Quizá sea este el mensaje de mayor calado del discurso pronunciado por el jefe del Estado. La apertura solemne de la legislatura es una ceremonia instaurada en 1979 en la que se expresa el carácter arbitral y moderador de la monarquía parlamentaria. El Rey toma la palabra ante el Parlamento para dibujar un horizonte general. No habla en nombre del Gobierno, pero tampoco esboza un programa paralelo al del Ejecutivo. Modula e interpreta la situación. Intenta sintetizar los anhelos colectivos. Advierte y aconseja.
La de ayer fue la primera apertura de legislatura presidida por Felipe VI, después de diez largos meses de bloqueo político en un país debilitado por la crisis económica –aún no resuelta–, desmoralizado por los escándalos de corrupción, tenso por sus fracturas internas (la generacional y la territorial), y perplejo ante los nuevos interrogantes que se abren en el mundo. La referencia el péndulo del pesimismo fue especialmente significativa.
Felipe VI expresó su satisfacción por la superación del bloqueo político y felicitó indirectamente al PSOE –sin mencionarlo– por su contribución a la gobernabilidad. “La crisis de gobernabilidad se ha resuelto finalmente con diálogo, con responsabilidad y también con generosidad”.
Reivindicó el legado de la transición y elogió el coraje de sus protagonistas. “Nunca podremos valorar en toda su dimensión la serenidad, la ilusión y la esperanza del pueblo español en aquel entonces, nunca podremos agradecer suficientemente la valentía y la generosidad de aquellos que con el dolor y la memoria todavía vivos en su alma, pusieron todo su corazón, toda su fuerza, para lograr, por fin, la reconciliación entre españoles y la democracia en España (...) No dejemos nunca de enaltecer y valorar el extraordinario legado –único en nuestra historia– de convivencia democrática en paz y libertad ( .... ) Y además de recordarlo, tenemos la responsabilidad de compartirlo con las generaciones más jóvenes”.
Abogó por la cohesión social y la defensa del Estado del Bienestar. Mención expresa y descarnada a la corrupción: “La corrupción ha indignado a la opinión pública de este país y debe seguir siendo combatida con firmeza”.
Apelación al pacto y a un renovado activismo de España en la
escena internacional, con especial mención a Latinoamérica.
Y, evidentemente, la cuestión de Catalunya, que no fue mencionada por su nombre. Defensa de la España diversa. Llamamiento a respetar y observar la ley. Y explícita propuesta de diálogo (“Un diálogo que debe de ser sincero y leal). Coordenadas para 2017.
El Rey concluyó su discurso dando las gracias en catalán, eusquera y gallego. Por la tarde viajó a Barcelona para presidir la entrega de los premios de Foment
OTROS EJES DEL DISCURSO El jefe del Estado reivindica el legado de la transición y alerta contra la corrupción CATÁLOGO CRÍTICO Gestos de disidencia de Podemos, PNV, Compromís y PDECat; ERC y Bildu, ausentes
del Treball. En este acto, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, respondió indirectamente, desgranando los incumplimientos del Estado en Catalunya. “El Estado ha negligido en sus deberes con Catalunya”, dijo, en presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, encargada de abordar el diálogo con la Generalitat.
La ceremonia de apertura de la legislatura en Madrid incluyó también un variado catálogo de disidencias. Los diputados de ERC y Bildu no asistieron al acto. Los diputados de Podemos, Compromís, PNV y Partit Demòcrata Europeu i Català recibieron al Rey de pie sin aplaudir. Un senador navarro de Izquierda Unida, Iñaki Bernal, desplegó una bandera republicana mientras Felipe VI hablaba, gestó que no gustó a Pablo Iglesias. Los diputados de Podemos se mantuvieron sentados, mientras la mayor parte del hemiciclo aplaudía las palabras del Rey. Los nacionalistas catalanes y vascos se levantaron, sin aplaudir. Podemos no participó en el saludo posterior a los reyes (sí lo hicieron sus dos representantes en la Mesa del Congreso), ni tampoco contempló el desfile militar que cerraba el acto en la Carrera de San Jerónimo. En esa tribuna tampoco estuvieron los nacionalistas vascos y catalanes y los valencianos de Compromís.