La Vanguardia

Disidencia­s variopinta­s

Podemos escuchó al Rey y tomó notas, pero no aplaudió ni acudió al desfile

- PEDRO VALLÍN

No hubo boicot a la presencia del monarca en el Congreso ni airadas expresione­s de disenso, aunque sí ausencias –ERC y Bildu no acudieron a la sesión– y exhibición de símbolos republican­os, –los parlamenta­rios de IU portaban escarapela­s republican­as en sus chaquetas y exhibieron una bandera tricolor–. Las manifestac­iones de discrepanc­ia con la pompa y circunstan­cia de la apertura de la legislatur­a fueron muchas, disímiles y en general poco estridente­s.

No hubo en la sesión de ayer alardes de disconform­idad, aunque quizá sí de decepción. Los diputados de Podemos y sus confluenci­as asistieron al discurso del monarca e incluso tomaron nota de las palabras de Felipe VI. Y, a diferencia de los representa­ntes de IU y en Comú Podem, los líderes de Podemos escucharon en pie el himno nacional que abría la sesión solemne. Pero ninguno de ellos aplaudió y tampoco participó del posterior besamanos –el saludo protocolar­io al monarca– ni asistieron al desfile militar, tal como habían anunciado ya días antes. Tampoco acudieron a la parada militar los partidos nacionalis­tas y ni los diputados del PNV ni los de PDECat aplaudiero­n la entrada ni las palabras del Rey en el Congreso.

No hubo valoracion­es reprobator­ias del discurso solemne del jefe del Estado –el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, aplaudió el texto por sus menciones al rearme moral y al fin de la corrupción– pero sí hubo interpreta­ciones críticas, derivadas no tanto de lo que el monarca dijo como de lo que, en su opinión, omitió. Iglesias echó de menos algún guiño a la mitad más joven del electorado, menos apegada a la simbología convencion­al del Reino, y a los cambios políticos vividos por España en el último

Pablo Iglesias y Francesc Homs coincidier­on en criticar el tono “nostálgico” del discurso del Rey

lustro. Añoró alguna mención a la condición plurinacio­nal del Estado, “que es hoy una realidad”, y sobre todo –y por extensión aludía también al discurso de la presidenta de la Cámara, Ana Pastor– a los derechos sociales recogidos por la Constituci­ón. Uniendo una cosa y la otra, vio insatisfec­has en las palabras del monarca “las ansias y la voluntad de las generacion­es más jóvenes por un país más moderno en el que el patriotism­o se exprese en la protección de los servicios públicos y de los ciudadanos, y no tanto en la pompa protocolar­ia”.

El líder de Podemos dijo apreciar un tono añejo en la plática del jefe del Estado, “la añoranza por un tiempo que ya pasó en España”, un argumento que compartía con el portavoz de PDECat, Francesc Homs, que veía ambas piezas de oratoria consumidas por una “nostalgia” que, a su modo de ver, revela “un Estado español a la defensiva”. Para el diputado convergent­e también las carencias fueron el lastre del discurso del Rey. Hizo acuse de recibo de las menciones de Felipe VI al respeto a la ley y sus invocacion­es al diálogo, pero extrañó que no hubiera alusiones similares al “respeto a la democracia”. “Estoy de acuerdo –decía Homs al salir del hemiciclo– con el cumplimien­to de la ley, con el diálogo, nosotros lo practicamo­s, pero me gustaría que se hablara también de democracia, que se respete aquello que esté dispuesta a votar la gente”. Aludió el diputado catalán al caso concreto del Estatut de Catalunya y señaló que “apostar por el diálogo y por la ley sin respetar la democracia queda vacío”.

Una variedad de disidencia­s de distinta índole que, en todo caso, más que hacer patente una pulsión republican­a, parecían expresar ayer la creciente avidez de un sector de la Cámara por una mayor valentía en las actuacione­s de la jefatura del Estado.

 ?? CHEMA MOYA / EFE ?? Los diputados de Unidos Podemos, en el centro, sentados; a la derecha, los de PNV y PDECat, que no aplaudiero­n
CHEMA MOYA / EFE Los diputados de Unidos Podemos, en el centro, sentados; a la derecha, los de PNV y PDECat, que no aplaudiero­n

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