La Vanguardia

El PNV espera una señal de Rajoy para hablar de los presupuest­os

Los nacionalis­tas hacen valer su relevancia en la nueva legislatur­a

- JOAN RUSIÑOL

El PNV está dispuesto a jugar el partido de los presupuest­os estatales pero antes quiere saber si el balón está en el terreno de juego. Este es el mensaje que la formación de Iñigo Urkullu ha enviado a Madrid, consciente­s de la centralida­d de sus cinco diputados en el Congreso. El PNV está dispuesto a dialogar pero antes exige “gestos” a Mariano Rajoy que permitan restaurar un clima de confianza, perdido en la anterior legislatur­a.

“Este gobierno no es tonto y seguro que busca las fórmulas, si tiene voluntad, para enviar señales”, afirmó ayer el portavoz nacionalis­ta en la Cámara baja, Aitor Esteban, en una entrevista en Radio Euskadi. Reticente a enumerar las demandas que ponen sobre la mesa para poder levantar la barrera, todas las miradas están puestas en los recursos que –como ha pasado en Catalunya– el ejecutivo central ha presentado al Tribunal Constituci­onal en contra de leyes autonómica­s. “Hay que sacar las piedrecita­s que se han puesto en el camino”, concluyó Esteban. Cree que hay tiempo ya que el PNV da por hecho que las cuentas del Estado se prorrogará­n.

También esta semana el lehendakar­i ha mostrado su predisposi­ción al diálogo con Moncloa si hay un cambio de actitud de los populares. De hecho, Urkullu se inclina, como Carles Puigdemont, por no asistir a la conferenci­a de presidente­s autonómico­s que servirá para abrir el melón de un nuevo sistema de financiaci­ón. De entrada, porque el gobierno de Euskadi lamenta la falta de respuesta de Rajoy a sus peticiones desde la reunión que los dos

Urkullu se inclina, como Puigdemont, por no asistir a la conferenci­a de presidente­s autonómico­s

mandatario­s mantuviero­n en septiembre del 2014 pero, sobre todo, porque considera que hay que reconducir las relaciones en un marco bilateral y no diluidas en un foro a múltiples bandas.

Un elemento central de esta relación singular es el concierto económico y el Cupo, la aportación del País Vasco al Estado por las competenci­as no transferid­as. Este es un asunto espinoso que se planteará cuando se abra la fase de negociació­n de las cuentas; de momento sólo ha habido una primera reunión de toma de contacto. La cantidad del Cupo se tiene que pactar y aprobar cada cinco años y hacer la liquidació­n de los cinco anteriores. Eso ha sido posible sólo cuando el PNV ha sido clave en la gobernabil­idad de España. La ley está prorrogada desde 2011, y la liquidació­n, pendiente desde 2007, supone un litigio contable porque el País Vasco reclama una deuda de más de 1.400 millones. Aunque Urkullu ha remarcado la importanci­a de abordar esta cuestión, ayer Esteban alertó al PP que no les servirá como medida de presión porque las haciendas vascas pueden “aguantar y salir adelante” aunque las cosas continúen como hasta ahora. Lo cierto es que sus finanzas gozan de buena salud. Euskadi se ha convertido en la primera comunidad autónoma que consigue endeudarse a un tipo de interés negativo. Ha colocado una emisión de deuda pública de 120 millones a dos años a una rentabilid­ad negativa del -0,03%.

El PNV afronta la nueva etapa no sólo con la tranquilid­ad económica sino con la garantía de estabilida­d política en el Parlamento de Vitoria. Si no hay sorpresas, los nacionalis­tas cerrarán con el PSE un acuerdo de legislatur­a que, probableme­nte, se traducirá en un gobierno de coalición que las dos formacione­s validarán el lunes. El debate de investidur­a empieza el miércoles. El objetivo de Urkullu es asegurarse un mandato más cómodo que el anterior, si bien deberá contar con un tercer grupo de la cámara para sacar adelante las leyes, una situación que puede dar cierto margen de maniobra al PP. Dirigentes nacionalis­tas justifican el pacto con el PSE para evitar una acción coordinada de las izquierdas durante cuatro años que, sumadas, tienen mayoría.

 ?? MIGUEL TOÑA / EFE ?? Diez años. Es el tiempo que ha pasado desde la última vez que se reunió el PSE y la izquierda abertzale. Idoia Mendia y Arnaldo Otegi se vieron ayer para tratar la actualidad política vasca.
MIGUEL TOÑA / EFE Diez años. Es el tiempo que ha pasado desde la última vez que se reunió el PSE y la izquierda abertzale. Idoia Mendia y Arnaldo Otegi se vieron ayer para tratar la actualidad política vasca.

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