Semon invita a sus clientes a brindar por su renacimiento
Fiesta para celebrar que, quince meses después de su vuelta a la vida, Semon es de nuevo un referente de gastronomía y restauración de calidad. El miércoles por la noche, los hermanos Paulino y Pedro Robles, los exempleados que lograron convertirse en los nuevos propietarios de la marca, quisieron agradecer a sus clientes la confianza depositada y recuperada, tras los últimos años de gestión de la antigua propiedad que pusieron el mítico local al borde del cierre.
En el interior de su local de siempre, en la esquina redonda de Ganduxer con la plaza Sant Gregori Taumaturg, por el que aún siguen luchando como lo hicieron por recuperar los puestos de trabajo y el prestigio, los hermanos Robles reunieron a clientes y amigos de la casa. A estos les obsequiaron con una muestra de las delicatessen que les han hecho famosos y reconocidos para,
una vez más, cumplir con su objetivo de hacer de la comida y la bebida un complemento a la celebración de la vida. Ostras, salmón envuelto en oro y en algas, sus míticas croquetas, minitartar, ceviche, regado todo con champán y vinos fueron pasando entre los invitados que se repartían entre el espacio de la tienda y el del restaurante L’Indret. Doscientas personas acudieron a la llamada de los hermanos Robles, entre ellas Eva Vilallonga y Rafael Soldevila, los doctores Aguiló y Armengol, Gonzalo Rodés, Margarita Basi, José María Puig, Pere Bonet, la familia Soler Cabot y tantos otros clientes que tienen en el negocio una extensión de su propia casa.