El Holocausto sube a escena en Girona con ‘Las benévolas’
Guy Cassiers adapta al teatro la novela de Jonathan Littell
El auge de los populismos en todo el mundo ha convertido la adaptación de la monumental novela Las benévolas, de Jonathan Littell, en más necesaria que nunca. El festival Temporada Alta de Girona se ha unido a varios festivales y teatros europeos para impulsar esta adaptación dirigida por el flamenco Guy Cassiers y que aterriza mañana y el domingo en el Municipal de Girona protagonizada por actores del Toneelhuis de Amberes y el Toneelgroep de Amsterdam. Uno de ellos es el holandés Hans Kesting (1960), quien da vida a Max Aue, un oficial de las SS a través de cuyo punto de vista la audiencia asiste a las decisiones que llevaron al Holocausto.
“Aue es un joven que ve el ascenso de Hitler y su gente y siente que va a haber un cambio en Alemania y quiere ser parte de él. Por eso se convierte en oficial de las SS. Al inicio dice que desde muy joven quiso ser parte de cambios radicales, que siempre estuvo interesado en las cosas absolutas. Ya en las SS, ve lo que sucede. Toma parte en cosas horribles, trata de hacer su trabajo y eso le acarrea un conflicto”, explica Kesting, que subraya que para adaptar la novela, de mil páginas, Cassiers ha tenido que elegir: “El montaje se centra en las partes que transcurren en Ucrania, Stalingrado y cuando Berlín está cayendo. Hay mucha historia familiar que no está. Cassiers eligió centrarse en el sistema nazi, cómo implementaron el exterminio judío, pero el libro es tan rico que podrías hacer seis obras y cada una diferente”.
Sobre su personaje, Kesting dice que “Aue discute con su mejor amigo, Thomas, lo que ve. Thomas es de línea dura, cree en la manera que Hitler quiere hacer las cosas. Max tiene dudas y no ve sentido en matar
“Aue dice desde el inicio a la audiencia que ellos podrían haber hecho lo mismo”, subraya el actor protagonista
gente judía cuando además se los puede usar para objetivos económicos. Ve ridículo matar por matar. Pero sigue las órdenes de sus superiores y escuchamos en unos monólogos lo que siente. Tiene pesadillas que se escenifican, con sus dificultades, dudas, miedos. Llegas a entender su mundo interior. Se pregunta si toma las decisiones correctas, no es una máquina de matar cruel. Y desde el principio dice a los espectadores que ellos podrían haber hecho lo mismo. Que no digan nunca ‘no soy un asesino’, nunca sabes qué pasará. Aue es un monstruo, pero no sin conciencia, un humano que hace cosas monstruosas”.
Kesting recuerda que el movimiento nazi no surgió de la noche a la mañana, que fue haciéndose cada vez más fuerte, señalando a judíos y gitanos como responsables de la decadencia alemana, creando un clima que acabó en la Guerra Mundial. “Líderes y seguidores de los nazis, todos fueron responsables de lo que sucedió. Mire ahora EE.UU. con Trump. Da miedo. No digo que sea Hitler, pero es un movimiento muy de derechas y ya hay incidentes con blancos diciendo a negros y latinos que ese es su país, que su tiempo ha vuelto. Es un movimiento que empieza y, como espero que aprendamos de nuestros errores, no desembocará en nada más”. Pero, alerta, no se trata sólo de EE.UU. “Hay movimientos nacionalistas de derecha en toda Europa. La gente se está volviendo hacia sí misma, aislándose de otros países. En Holanda tenemos a Geert Wilders, que está contra el islam y dice ‘nuestra gente primero’. Espero que la UE sea suficientemente fuerte para sobrevivir porque creo que los países deben trabajar y resolver sus problemas juntos, así puedes sobrevivir como Europa, no separándote de los otros y sólo mirándote a ti mismo”.