Airbnb quiere convertirse en una macroagencia de viajes on line
Además de alojamientos, la compañía ofrecerá experiencias y vuelos
Ante las dificultades legales que encuentra en varias partes del mundo, la plataforma de alojamiento compartido Airbnb anunció ayer un giro en su estrategia. Para diversificar su oferta, la compañía se transformará en un portal integral de viajes. Los usuarios no sólo podrán buscar una casa en la que hospedarse, sino que también tendrán la posibilidad de comprar vuelos y contratar experiencias turísticas locales. El objetivo, según cuentan los directivos de la firma, es transformarse en “el Amazon” de turismo. Un cambio ambicioso y a gran escala porque la empresa pasará a operar en ámbitos que estaban hasta ahora fuera de su competencia tradicional. Airbnb quiere aprovechar así parte del pastel del sector turístico. Es el mayor lanzamiento en los ocho años de historia de la compañía.
Brian Chersky, consejero delegado de la compañía, comunicó estas novedades en un teatro de Broadway, en Los Ángeles, vestido de negro con zapatillas de deportes, ante una audiencia entregada que se levantó de las butacas con gritos de aprobación como si de un estadio se tratara. “La idea es que muchos viajeros pasan más tiempo planeando el viaje que en el viaje mismo. Queríamos arreglarlo”, explicó.
En concreto, Airbnb operará en tres áreas principales: experiencias, lugares y hogares. En el futuro, también venderán vuelos y servicios turísticos. Siempre bajo el modelo de la sharing economy, la economía colaborativa. En resumen, con el anfitrión se podrán compartir, además de una casa, intereses y pasiones. El servicio se llamará Trips.
“Es a menudo difícil encontrar a gente del lugar cuando se viaja”, dijo Chersky. Ahora los locales venderán experiencias a los usuarios bajo forma de paquete turístico. La mitad de ellas costarán menos de 200 euros. De momento habrá 500 actividades disponibles en 12 ciudades, pero se irán ampliando. Se podrá, por ejemplo, correr una maratón en Kenya con un atleta keniano o participar en un taller de espada con un maestro samurái o ir a buscar trufas con un campesino de la Toscana. También se podrá participar en talleres con oenegés y voluntarios, para destinar los ingresos a causas sociales.
Airbnb pasa así a tener nuevos rivales, desde firmas como Booking o TripAdvisor. Pero también Lonely Planet, porque los habitantes de una ciudad podrán confeccionar sus propias guías. Por ejemplo, un experto surfista recomendará las mejores playas para surfear. O un pianista elaborará una lista de los bares más cotizados para escuchar música. La información será gratuita. Airbnb anunció un acuerdo con la firma Detour, para ofrecer paseos urbanos con guías audio.
En España estos nuevos servicios serán activos el año que viene, inicialmente en Barcelona y Madrid. Sobre la venta de vuelos, el desarrollo está todavía por completar y estará disponible en un segundo momento. En cuanto a los servicios, Airbnb baraja opciones como reservas de restaurantes y alquiler de coches. Chersky no concretó todavía ni puso fechas sobre la implantación de estas opciones.
La compañía californiana, cuyo valor ronda los 30.000 millones de euros, no cotiza y no publica resultados oficiales. Fuentes financieras afirman que nunca ha conseguido beneficios desde 2008.