El Rey recuerda a los parlamentarios su obligación de buscar soluciones
Felipe VI interviene en la Asamblea portuguesa 27 años después que su padre
No hay mayor honor en una visita de Estado a un país democrático que dirigirse a los parlamentarios. El rey Juan Carlos, en 1989, fue el primer mandatario extranjero en hablar ante la Asamblea portuguesa y ayer, su hijo, Felipe VI, recordó ese hecho que le permitió reiterar el mensaje de fraternidad que su padre expresó en el mismo hemiciclo hace 27 años. En su discurso, el rey Felipe recordó a los parlamentarios su obligación de dar respuesta a las inquietudes, las iniciativas y los anhelos de los ciudadanos para “mediante el debate y el acuerdo, buscar la mejor de las respuestas en el marco del bien común”, un mensaje que puede extenderse a todos los poderes legislativos.
Cuando el rey Juan Carlos habló ante los parlamentarios portugueses tenía 51 años y llevaba 14 en el trono. Felipe VI, de 48 años, fue proclamado hace dos años y medio. En las casi tres décadas transcurridas entre las dos intervenciones, la relación de amistad y vecindad permanece intacta, pero los dos países, como recordó ayer Felipe VI, han consolidado su unión al compartir un proceso paralelo que los ha llevado a consolidar sus vínculos bilaterales en espacios internacionales como la Unión Europa, Iberoamérica, la OTAN y la lucha antiterrorista. El Rey se felicitó de nuevo, de que “un peninsular”, el ex primer ministro portugués António Guterres, haya sido elegido próximo secretario general de la ONU. El mensaje de Felipe VI ante la Asamblea portuguesa se resume en su deseo de que los dos países sigan caminando juntos buscando el bien común de sus ciudadanos.
La Asamblea portuguesa está compuesta por 230 diputados, de los que 19 pertenecen al Bloque de Izquierda que junto a 17 del Partido Comunista dieron su apoyo a los 86 del Partido Socialista para elegir presidente del Gobierno a António Costa. El resto de los escaños se reparten entre el Partido Socialdemócrata , y otras formaciones de derecha que forman la oposición. Los diputados del Bloque de Izquierda, el equivalente a Podemos, en el Congreso, y los del Partido Comunista se pusieron de pie a la llegada del Rey, pero no aplaudieron sus palabras y, al finalizar, algunos permanecieron sentados. Uno de ellos lució una camiseta con la bandera republicana española
Los Reyes regresaron anoche a Madrid tras su primera visita de Estado a Portugal, que empezó el lunes por la mañana en Oporto. La ausencia de conflictos, la sintonía política, y la coincidencia geográfica marcan unas relaciones bilaterales que se basan en la historia compartida,
Los diputados del Bloque de Izquierda reciben al Monarca de pie pero no se suman a los aplausos
en ocasiones, y paralela, como vecinos, que les ha llevado a ser socios y aliados en todos los foros internacionales.
En esos ejes se ha fijado el Rey para sus intervenciones públicas en sus tres días de visita a Portugal, en los que ha pronunciado siete discursos, el último ante los representantes de la colectividad española a los que los Reyes reunieron ayer en el mítico palacio de Pavhava, sede de la embajada de España, que en 1975 fue asaltada por grupos de manifestantes izquierda portugueses en protesta por los últimos fusilamientos del franquismo.