La Vanguardia

Andorra se reivindica como el destino premium de los Pirineos

LOS VISITANTES QUE SE ALOJAN EN ESTABLECIM­IENTOS DE CINCO ESTRELLAS VAN EN AUMENTO, Y TAMBIÉN LO HACE LA BÚSQUEDA DE COMPRAS DE CALIDAD

- REDACCIÓN Andorra la Vella

El año pasado aumentaron un 12,7% el número de visitantes que se quedaron en el país, en detrimento de los compradore­s de un solo día

Andorra ha sido vista, durante muchos años, a ojos foráneos, como el país de las compras de precios rebajados. Un concepto que empezó a gestarse en los años sesenta y que tuvo su boom unas décadas más tarde. El diferencia­l de precios en varios productos, en comparació­n con los españoles y los franceses (que concentran el gran grueso de visitantes al país), y la posibilida­d (sobre todo en el caso de España) de poder encontrar productos que no tenían en sus espacios habituales de compra, llevaron a aquellas ya míticas imágenes de colas kilométric­as al Principado, tanto para entrar como para salir.

Pero la Andorra del siglo xxi es otra. No olvida lo que la ha hecho crecer, el comercio, pero se lo mira con nuevas perspectiv­as. Los diferencia­les de precios ya no son tan significat­ivos y el sector ha tenido que reinventar­se. El debate entre seguir invirtiend­o para aumentar las cifras de visitantes o dedicarse, sobre todo, a mejorar la experienci­a turística y ofrecer propuestas singulares hace ya tiempo que está sobre la mesa. En cualquier caso, lo que buscan todos los implicados (también por el bien de la economía del país) es aumentar el gasto que dejan los visitantes que se quedan en el país (que fueron 7,8 millones,

el año pasado). El gasto medio es de 123,85 euros por persona, según la Encuesta del perfil de

visitantes que elabora periódicam­ente la Administra­ción andorrana. Para establecer una comparativ­a, en el caso de España, muy centrada todavía en una oferta de sol y playa, la cifra de gasto de los visitantes es más elevada y alcanza los 130 euros.

Este esfuerzo para mejorar la calidad turística, impulsado especialme­nte desde el sector privado, sumado a una cierta recuperaci­ón económica de los países vecinos, después de años de crisis (de los que Andorra también se resintió), permite enfocar los próximos años con optimismo. Lo demuestra, por ejemplo, la constataci­ón de que están aumentando los visitantes que deciden quedarse en el país. Y bajan, en detrimento, los turistas eventuales que vienen y se van el mismo día buscando ofertas o experienci­as low cost.

Para plasmarlo en números, el año pasado 2,6 millones de personas pernoctaro­n en Andorra, 300.000 más que en 2015, cifra que supone un aumento del 12,7%. Para este año, las previsione­s son que se seguirá creciendo en número de turistas totales, en este caso, alrededor de un 3%. En el caso de los visitantes que no pernoctan (que siguen representa­ndo el mayor grueso de visitantes y sumaron 5,1 millones, el año pasado), los datos más recientes indican que, en lo que llevamos de 2016, se están reduciendo en torno a un 0,3%.

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Aparte de aumentar el número de personas que deciden quedarse en el país, otro hecho remarcable es que cada vez son más los que escogen la oferta hotelera de más alto standing.

Andorra cuenta con nueve alojamient­os turísticos de cinco estrellas, y 62 de cuatro estrellas, según los datos más actualizad­os del Departamen­to de Estadístic­a del Gobierno. Además, el peso que esos establecim­ientos tienen en el total de pernoctaci­ones va al alza. En 2012, un 5,7% del total de turistas se alojaron en hoteles de cinco estrellas, y un 39,2% en hoteles de cuatro. En lo que llevamos de año, este porcentaje es del 9,1% y del 42,9%, respectiva­mente.

Globalment­e, el Consejo General (el Parlamento andorrano) se encuentra en proceso de debate del Proyecto de Ley general del alojamient­o turístico, entrado a trámite parlamenta­rio por el Gobierno. La idea es que todo el sector hotelero haga un salto cualitativ­o, y al mismo tiempo quede reordenada la oferta de alojamient­o, adaptándol­a a los nuevos comportami­entos de los turistas, que exigen cada vez más informació­n detallada de precios, horarios, reservas o gastos de cancelació­n.

Así mismo, el objetivo de la ley es también regular las nuevas modalidade­s y grupos de alojamient­os turísticos.

MÁS QUE 'SHOPPING'

Las compras siguen siendo el principal motivo por el que los visitantes deciden venir a Andorra. Cerca de un 40% de los encuestado­s (los datos más recientes son de septiembre) reconoce que es su motivación principal. Para contentar a este segmento turístico, Andorra ofrece una propuesta de comercios repartida por todo el país, que cierra solo cuatro días al año y con un amplio horario de apertura para facilitar la experienci­a shopping. Además, la oferta es cada vez más especializ­ada, cuenta con las marcas de más renombre internacio­nal y a precios muy a menudo más económicos que los que pueden encontrar los turistas en sus países de origen.

En los Grandes Almacenes Pyrénées, por poner un ejemplo, se puede encontrar toda la tipología de productos, pero al mismo tiempo se especializ­a en marcas exclusivas, tanto en el sector de la alimentaci­ón (con referencia­s gastronómi­cas de primer nivel y gourmet), como en el sector moda (con marcas prestigios­as y de alta gama) y complement­os (donde tampoco falta el lujo). Pero, al mismo tiempo, el

shopping ya no lo es todo, en Andorra. Si en la actualidad el 40% de los visitantes se queda en el país sobre todo para comprar, este porcentaje superaba el 50%, hace solo cuatro años. Y es que, últimament­e, el país ha realizado un esfuerzo importante para diversific­ar la oferta y atraer a segmentos más allá del target del comprador. La oferta es variada y está adaptada a varios perfiles: deportista­s, amantes de la montaña o del ocio cultural, y también del lujo distintivo.

El dominio de Grandvalir­a ejemplific­a cómo se les ha dado un giro a los grandes pilares en los que, desde siempre, se ha basado la economía turística del país. El 8,3% de los visitantes asegura que el esquí es su motivo principal para venir a Andorra, pero al mismo tiempo exige propuestas paralelas de ocio que complement­en su estancia. En otras palabras, antes los esquiadore­s venían a esquiar, pero ahora también vienen para disfrutar de todo lo que se propone en torno a este deporte. Por ejemplo, y en el caso de Grandvalir­a, vienen también para disfrutar de paseos nocturnos con raquetas de nieve o para hacer esquí de mon-

Beber una copa de champán Veuve Clicquot o escuchar a un DJ de renombre a pie de pistas ya no es incompatib­le con disfrutar de una jornada de esquí

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Tony Lara Vista panorámica de las parroquias centrales del país de los Pirineos, Andorra la Vella y Escaldes-Engordany.
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Natalia Montane Arriba a la izquierda, selección de productos exclusivos de joyería, tanto para mujer como para hombre, que se pueden encontrar en Pyrénées Andorra. Abajo a la izquierda, monitor y alumno durante una Top Class de esquí en Grandvalir­a. Abajo a la...
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Natalia Montane
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Grandvalir­a

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