La Vanguardia

Campeón en el último suspiro

Magnus Carlsen alza su tercer título mundial tras vencer a Kariakin en el desempate

- BARCELONA Redacción

Magnus Carlsen justamente cumplió 26 años ayer, y segurament­e ansiaba hacer coincidir esta fecha con su victoria en el mundial, aunque fuera en el desempate a rápidas al que se llegó tras el empate en las 12 partidas clásicas que otorgan al noruego la tercera corona de campeón mundial. Aunque a priori era el gran favorito –Carlsen es también el actual campeón mundial en rápidas– Serguei Kariakin ha sorprendid­o a propios y extraños mostrando una gran resistenci­a técnica y psicológic­a, tal como demostró en el arranque del desempate.

Tras una primera toma de contacto pacífica, en la segunda se vivió un pequeño drama, cuando Kariakin salvó milagrosam­ente una partida que tuvo perdida varias veces y que Carlsen no supo rematar.Todo indicaba que estos dos empates favorecían a la moral de Kariakin, pero en la tercera partida se vio rápidament­e el talón de Aquiles del ruso: nada de asumir riesgos. Y si algo distingue a un campeón es que en los momentos clave se debe pensar a lo grande e ir en pos de la victoria de forma decidida, justamente lo que hizo Carlsen en esta decisiva partida. Arriesgó en el momento justo y presionó en todos los frentes a Kariakin, quien, sin apenas tiempo, cometió un grueso error que le costó la partida, y, a la postre, la corona mundial.La cuarta y última partida mostró la impotencia de Kariakin para crear problemas al campeón. Carlsen se limitó a jugar de forma sólida, y como broche final se permitió dar un mate artístico, sacrifican­do su Dama, con lo que ponía fin al Mundial. Partida 1 (tablas) Carlsen jugó la apertura muy rápido acumulando una ventaja de 8 minutos. Aunque Kariakin alcanzó una ligera ventaja e iniciativa, la falta de tiempo comenzó a presionar al ruso, y no vio mejor solución que simplifica­r la posición hasta llegar a unas claras tablas en la jugada 37. Partida 2 (tablas) Carlsen jugó la Italiana y pronto se vio que Kariakin estaba preparado, jugando más rápido que en la primera partida. El ruso obtuvo una posición sólida hasta el momento en que el noruego sacrificó su peón central. El desequilib­rio creado en el tablero favoreció al campeón. Pero contra todo pronóstico, Carlsen comenzó a desaprovec­har ocasiones claras, y Kariakin se inventó una extraordin­aria maniobra de tablas en la jugada 84. Partida 3 (victoria de Carlsen con negras) El ruso continuó en la tercera partida con su política de riesgo cero, dejando a su rival asumir la iniciativa. Y Carlsen no lo dudó: arriesgó al máximo para controlar las casillas negras, y la coriácea muralla que había erigido Kariakin durante todo el Mundial comenzó a resquebraj­arse. Carlsen

LA FORTALEZA DE CARLSEN La final se decidió con un triunfo en la tercera partida ante la pasividad ofensiva de Kariakin

fue un huracán que barrió las últimas defensas del blanco y se anotó una victoria en la jugada 38. Partida 4 (victoria de Carlsen con blancas) Kariakin se jugó la arriesgada defensa siciliana, mientras Carlsen no se complicó la vida y planteó un sistema Maróczy. A lo largo de todo el medio juego se vio claramente que Kariakin era incapaz de plantearle problemas al blanco, y Carlsen no tuvo problemas para imponer su ventaja material y liquidar el match en la jugada 50.

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MARY ALTAFFER / AP Kariakin y Carlsen, en un momento de la jornada de ayer, en Nueva York

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