Hollande tira la toalla y no optará a la reelección como presidente francés
Con los índices de popularidad por los suelos, el mandatario socialista deja el terreno libre a Manuel Valls, el mismo día que empieza la batalla de las primarias de la izquierda
François Hollande no se presentará a un segundo mandato presidencial. Anunció esa decisión anoche, explicándola como una muestra de “humildad y lucidez”, relacionada con su propia impopularidad y los pésimos resultados que prometía en las elecciones de abril/mayo.
“Soy consciente de los riesgos que significaría mi iniciativa, que no uniría lo suficiente a su alrededor”; por eso “he decidido no ser candidato a la elección presidencial”, dijo.
Con este breve mensaje televisado de apenas siete minutos a última hora de la tarde, Hollande sienta un precedente en el presidencialismo francés, frecuentemente caracterizado como “monárquico”: es el primer presidente de la V República que no intenta perpetuarse en el trono con un segundo mandato.
Su anuncio pone fin a semanas de incertidumbre en el campo de la dividida izquierda francesa.
Los niveles de apoyo de Hollande estaban por los suelos. El último sondeo le daba un 7,5% de votos, quinto clasificado en la primera vuelta, sin posibilidad alguna de pasar a la definitiva eliminatoria de la segunda. Ante ese panorama incendiado sólo le quedaba salvar los muebles: preservar con su gesto su papel en la historia, desde luego una historia en minúsculas.
En un momento de crisis general, europea, del hegemonismo de Estados Unidos, de emergencia de nuevas potencias y de intenso malestar en su inquieto país, Hollande no ha aportado nada: ha administrado su mandato como un más de lo mismo rutinario, profundizando la crisis de la socialdemocracia.
El presidente defendió ayer su mandato; las cuentas de la Seguridad Social, la organización en París de la Conferencia de la ONU que alcanzó hace un año un acuerdo contra el calentamiento climático, los “avances en libertades”.
En materia de desempleo, el asunto al que había condicionado su presentación a un segundo mandato, Hollande también se dio el aprobado. “Los resultados han llegado, más tarde de lo previsto, pero ahí están”, dijo, refiriéndose a las ambiguas mejoras de los índices –en el mejor de los casos, unas decenas de miles de parados menos–, cuya contabilidad muchos discuten. El presidente que en Siria quiso ir más allá que el propio Obama y se quedó solo al proponer en el 2013 bombardeos contra las fuerzas gubernamentales, también reivindicó su intensa actividad bélica “contra el terrorismo” en África y Oriente Medio.
“En estos tiempos terribles, hemos mantenido la cohesión nacional”, dijo sobre la respuesta del país a los terribles atentados yihadistas de los últimos dos años. “Lo único que lamento –dijo– es la (propuesta de) retirada de la nacionalidad” para binacionales acusados de terrorismo. “Pretendía unirnos y nos desunió más”, dijo.
Tras esa introducción autorreivindicativa, Hollande se refirió brevemente a la situación preelectoral. El proyecto de François Fillon, el candidato a la presidencia de la derecha defensor de un programa radical de recortes que reivindica el legado de Margaret Thatcher en el Reino Unido, “pone en cuestión nuestro modelo social”, dijo. “La extrema derecha llama al repliegue, a la salida de Europa y del mundo, el
RECONOCIMIENTO “Soy consciente de los riesgos que significaba no unir fuerzas a mi alrededor”
SALVAR LOS MUEBLES Tras el naufragio, sólo le quedaba preservar su lugar en una historia en minúscula
mayor peligro es el proteccionismo”, añadió antes de concluir en su decisión: “Por mi parte, sólo me anima el interés superior del Estado”.
La renuncia del presidente a un segundo mandato abre la puerta a su ambicioso e impaciente primer ministro, Manuel Valls, para presentarse como candidato en las primarias que el Partido Socialista disputará en enero para seleccionar a su candidato. Valls, que en los últimos días estaba dispuesto a dimitir para presentarse como candidato a las primarias socialistas, saludó anoche “el gesto de un hombre de Estado”.
“Ha sido una decisión difícil, grave y madura; quiero transmitirle mi emoción, mi respeto y mi fidelidad”, declaró en una nota de prensa.
Con Hollande, el nuevo líder de la derecha, François Fillon, pierde a su rival más conveniente por impopular.
El candidato a la presidencia de la derecha cantó anoche victoria: “La renuncia admite que su fracaso manifiesto le impide ir más lejos, este quinquenio acaba en el desastre político y la decadencia del poder, más que nunca la alternancia y la recuperación deben ser construidas sobre bases sólidas”, dijo.
A la izquierda lo que está por ver es si quien salga de las primarias socialistas mejora la situación. De momento el candidato más apoyado por la izquierda no es un miembro del Partido Socialista, sino un crítico acérrimo de la acción de gobierno de Hollande, Jean-Luc Mélenchon, que intenta recomponer la izquierda con un programa ecologista, enemigo del neoliberalismo y de las intervenciones militares en el exterior. El propio Valls va por detrás suyo en los sondeos.
Por lo demás, tres presidentes, De Gaulle, Mitterrand y Chirac, encadenaron dos mandatos consecutivos. Otros dos, Giscard d’Estaing y Sarkozy, no lograron ser reelegidos, y un sexto, Georges Pompidou, falleció en el cargo en 1974.
“Lo que se decide no es el destino de una persona, sino el futuro del país”. “No puedo hacerme a la idea de la dispersión de la izquierda, de su descomposición”, dijo Hollande.
Con el presente gesto, uno de los presidentes más grises de la V República sienta, por lo menos, cierto precedente de digno sentido común.
NERVIOSISMO El primer ministro se disponía a dimitir para concurrir a las primarias socialistas
HOLLANDE SIENTA PRECEDENTE Es el primer presidente de la V República que no intenta un segundo mandato