Garganté queda absuelto después de que el médico renunciase a acusarle
El concejal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Garganté, salió ayer eufórico de los juzgados entre vítores de sus compañeros de partido y miembros del sindicato de manteros, y abucheos de la treintena de agentes de la Guardia Urbana de paisano que se congregaron para pedirle la dimisión. Garganté entró como acusado y salió absuelto en cuestión de minutos gracias a que su caso dio un vuelco inesperado. El médico que le denunció inicialmente por haberle presionado para que cambiara el parte médico y acusar a la Guardia Urbana de las lesiones de un mantero se echó atrás y no ratificó la denuncia.
Al tratarse de un delito leve de coacciones, el juicio sólo podía celebrarse si existía una denuncia del afectado, en este caso el médico. La vista se inició alrededor de las diez de la mañana. El juez le recordó al médico que: “Es usted el que decide si quiere mantener la denuncia contra el señor Garganté”. Y con la respuesta llegó la sorpresa. “Yo en principio denuncia como tal no presenté”, advirtió el médico. Esta respuesta ponía en cuestión todo el procedimiento. ¿Cómo se podía haber llegado hasta un juicio si el principal afectado no había puesto denuncia? ¿La Guardia Urbana le incitó a ponerla? Esto último fue aprovechado por la CUP para tachar de “montaje policial” la causa abierta contra Garganté. La formación antisistema anunció, por la tarde, que pedirá una comisión de investigación en el Ayuntamiento que culmine con la asunción de responsabilidades políticas y la suspensión temporal de los dieciséis agentes que hicieron el expediente. El hecho de que el asunto no acabara meses atrás, puesto que no había denuncia del médico, es debido a que la Fiscalía intervino durante la investigación y esto no hacía imprescindible que hubiera una denuncia del perjudicado. Sin embargo, al mantenerse finalmente la calificación a una simple falta (delito leve, según la nueva denominación), la Fiscalía no estuvo presente y la ratificación de la denuncia se tornó imprescindible para que el juicio siguiera adelante.
El juez le repreguntó al médico: “Aquí en el atestado hay un apartado que pone ‘denuncia’ y hay una cruz y parece ser que usted denunciaba. Pero una denuncia formal por parte de usted no existe...”. Por eso, le insistió: “¿Es que usted tiene interés en este asunto hasta el punto de presentar una denuncia contra el señor Garganté, lo que quiere decir que si se celebra un juicio puede ser condenado por todo ello?”. Y el médico contestó que: “En principio no. Fue un asunto en el que [Garganté] quiso que pusiera una cosa en el informe médico que no era verdad y yo le dije que eso no lo quería hacer. No, no tengo ningún interés”. De esta manera, el médico renunció a la acción penal, se dio por concluido el juicio y Garganté quedó absuelto automáticamente.
“Hoy es una tremenda bofetada que se lleva el montaje policial. La Guardia Urbana no está acostumbrada a que se les critique desde un grupo del propio Consistorio”, afirmó Garganté a la salida del juicio.
La absolución del concejal de la CUP desencadenó la euforia entre los suyos. Los aplausos empezaron en el pasillo del juzgado, le acompañaron hasta el vestíbulo donde hizo declaraciones a los medios y le siguieron hasta la salida a la calle. Allí, Garganté se plantó puño en alto con la mirada puesta en la treintena de agentes de la guardia urbana que sin uniforme seguían concentrados y que le abuchearon. La tensión venía de antes. Durante la entrada de Garganté al juzgado, los cuperos y los urbanos se insultaron e incluso hubo empujones. El exdiputado David Fernàndez hizo de cordón entre ambas partes y los Mossos se tuvieron que desplegar.
El doctor ante el juez: “Quería que pusiera una cosa en el informe médico que no era verdad y le dije que no”