Porno duro
Esta noticia no han podido leerla en ningún medio impreso: hace unos días, la CNN llegó a admitir que una de sus emisoras asociadas en la ciudad de Boston emitió por error media hora de una película de porno duro. Para más inri, todo sucedió el sagrado y familiar día de Acción de Gracias. Explicado así, el hecho parece bastante grave por lo que respecta a la cadena de televisión. La ausencia de esa información en la prensa escrita también hace pensar en una mala praxis profesional por parte de esos medios, ¿verdad?
A partir de aquí, la información completa. Todo comenzó la noche del 24 de noviembre (Acción de Gracias). Sobre las diez de la noche, una usuaria de Twitter lanzó un mensaje: “¿Alguien más con RCN en Boston está viendo el porno duro retransmitido por CNN por error?”. El texto llevaba una imagen adjunta de la supuesta emisión porno en lugar del programa informativo que se debía emitir a esa hora en CNN, que era el espacio Parts
unknown, de Anthony Bourdain. Algo más tarde, la misma usuaria insistió: “No puedo esperar a que @RCNconnects se despierte mañana y se dé cuenta de que emitió esta noche porno duro en CNN en lugar de Parts unknown”.
La publicación de este segundo tuit bastó para desatar una cadena de informaciones sobre la emisión porno en CNN en las versiones on line de medios de comunicación como
Fox News, The New York Post o
el británico The Independent.
La propia CNN emitió un comunicado: “El operador de cable RCN en Boston emitió anoche contenido inapropiado en CNN durante 30 minutos. CNN ha pedido explicaciones”.
Pues bien. La supuesta emisión de porno duro (o blando) en RCN de Boston nunca existió. La usuaria de Twitter se confundió o mintió adrede. Poco importa. La cuestión es que hasta la mismísima CNN picó en el anzuelo. La inmediatez informativa les llevó, como nos arrastra al resto de los medios de comunicación en la era actual, a confesar un supuesto crimen que ni siquiera habían cometido. Las redes (¡ay, las redes!) son de arrastre.
El suceso, una vez contrastado, da para muy poco. La prensa escrita no tuvo tiempo de difundir el bulo, es cierto, pero la praxis profesional habitual tampoco habría dado lugar a difundirlo. Es la lucha entre la verdad y una especie de comportamiento (auténtico porno duro) que nos invade.