Pasión desenfrenada por el engaño
En 2004 fue galardonado con el Premio del Jurado del Festival de Cannes por su película Old Boy, que este mismo año obtuvo el primer premio del certamen de Sitges. El cineasta surcoreano Park Chanwook parecía poseer todas las cartas para erigirse en una nueva gran figura del casi siempre emergente cine asiático. Sin embargo, aquella enérgica muestra de los tortuosos caminos de la venganza, tema que por otra parte siempre le ha fascinado, no tuvo una clara continuidad, porque se dejó engatusar por un cine desaforadamente comercial. Algo ha cambiado ahora: La doncella supone una vuelta de tuerca a las obsesiones con las que este realizador suele tejer sus historias y convertirlas en juegos de imágenes que impactan al espectador.
Es lo que acontece en La doncella, donde Park Chan-wook parte de la novela Falsa identidad, que la británica Sarah Waters publicó en 2002, ubicando la historia en la Inglaterra victoriana. La acción se sitúa aquí en la década de 1930, cuando Corea estaba en manos de los japoneses. Como indica el propio realizador, su película es una mezcla de “thriller, una historia sobre estafas y engaños, un relato dramático con bastantes giros inesperados y –por encima de todo– un romance llevado al límite”.
No puede contarse demasiado al respecto, pero quien pondrá el límite es una joven contratada como criada de una rica heredera huérfana, que vive con su tío y tutor, un bibliófilo empedernido, en una enorme mansión (los toques hitchcockianos de Rebeca son evidentes) que combina el estilo japonés y el británico tradicional. Allí desembarca un joven seductor que asegura ser conde y poseer asimismo una enorme fortuna, cuando lo que pretende es apropiarse de la herencia. Todos los personajes tienen dos caras (o más) y se crean su propio universo para apoderarse del ajeno. El argumento es visto desde distintos ángulos y Park Chan-wook muestra un poder ilimitado para captar extraordinarias imágenes y sentimientos ocultos. También consigue transmitir una sensualidad arrebatadora cuando aborda el idilio entre señora y sierva. Una película inusual y cautivadora.